—Para mí siempre serás Addison Carter —refunfuña—. Levanta. Tu tío estará aquí dentro de un minuto para llevarte abajo.
Me pongo en pie y me arreglo la ropa interior.
—¿El tío Tom está bien?
—Nervioso, pero nada que no se cure con un par de whiskys. Odia ser el centro de atención.
Es verdad. Estará encantado de entregarme a Nick para que todo el mundo deje de mirarlo y poder perderse entre los invitados. Hablamos del tema de los discursos y se lo veía muerto de miedo. Le dije que no tenía que hacerlo, pero mi tía y él insistieron.
Glory retira la percha del vestido y me lo pone delante. Apoyo la mano en su hombro y me meto dentro. Dejo que lo suba para poder introducir los brazos por los delicados tirantes. Me da la vuelta y me abrocha la infinidad de diminutos botones en forma de perla que suben por mi espina dorsal. Luego me coloca los tirantes en su sitio. Se ha callado y no se mueve. Sé lo que voy a ver cuando me gire, y no estoy segura de poder soportarlo. Luego oigo