—Es evidente que saco lo peor de él —gruño.
—No seas tan dura con él, muchacha. —Mark intenta quitarle importancia.
—¿Quieres vivir con él y con su forma imposible de ser? —pregunto, exasperada.
—Entonces ¿te has mudado a su casa? —Sus cejas aparecen por encima de las gafas de sol y se gira hacia mí. No me había dado cuenta de lo que acabo de decir. Espero que Mark no llegue a la misma conclusión que Lily: que voy detrás del dinero de Nick.
De pronto siento la necesidad de defenderme.
—Me lo pidió y prácticamente me obligó a decir que sí. —No le voy a contar los detalles de cómo lo hizo—. Pero no estoy muy segura. Es un poco pronto. De eso iba nuestro pequeño intercambio. No le gusta que le digan que no. —Sacudo el teléfono delante de Mark.
«¡Su dinero me importa una mierda pinchada en un palo!»
Las comisuras de los labios de Mark dibujan una sonrisa y empieza a asentir, pensativo.
—Es muy particular contigo.
Suelto una carcajada de asentimiento y niego con la cabeza, p