Era jueves por la mañana. La semana estaba por terminar y el sábado sería la boda. El Sacerdocio llegaría mañana con Alessandra, Dereck, Emma y Alessandro. Ellas eran parte del grupo de reinas y bueno, Arya se llevaba de maravilla con las dos. Sería la primera vez que presentaríamos a nuestras esposas como las dueñas de Europa.
Era el único que faltaba para casarse.
Arya desapareció junto a la bola de pelos cuando tuvo la oportunidad. Siempre se va o termina huyendo de mi lado. A veces siento que quiere dejarlo todo, pero algo la detiene. Le volví a pedir ayuda a todos para descubrir algo sobre Arya, pero la información que obtienen es la misma.
Arya ni siquiera tiene licencia para conducir.
—Veo que remodelaste la sala. Me voy tres días y cambias todo —Alda llamó mi atención.
—Mis gustos han cambiado un poco —digo, comiendo de las tostadas que no me dejó hacer.
Arya me hace cereales y le quedan deliciosos.
—Hmm... viendo de ti... —piensa un poco—. Estuve aquí cuando casi matas al