**Mikail**
Estaba en cama, con las costillas vendadas y el cuerpo dolorido, pero nada me dolía más que la maldita espera.
Tenía el teléfono celular en la mano desde hacía casi una hora, viendo la pantalla como si fuera a explotar en cualquier momento.
Solo necesitaba que Krimson contestara. Que me dijera que sí, que ella finalmente iba a hablar conmigo.
Conseguir el número de mi ex beta no fue fácil. Pagué caro a un espía para que me lo proporcionara, y aún así no estaba seguro de que funcionara.
Pero valía la pena. Todo valía la pena si podía volver a escuchar su voz.
Tenía fe —o tal vez ilusión— de que Lyra querría saber de mí. Sobre todo con la guerra encima, con las consecuencias trágicas que había traído.
Con suerte, incluso vendría a verme. Podía soñar, ¿no?
Aunque algo no encajaba. El asunto de Sienna. ¿Por qué ella, justo ella, iría en busca de Lyra después de tanto tiempo? ¿Qué demonios estaba tramando?
No podía evitar que la curiosidad se mezclara con la inquietud, pero