Estaban a una esquina de la puerta que daba a la ceremonia, e Iris sentía como si su corazón fuera a salirse en cualquier momento. Las emociones en su cuerpo estaban completamente fuera de control, sobre todo porque Hugo no apartaba su mano de su espalda. Aunque en otra ocasión aquello le habría gustado, en ese momento solo la ponía más nerviosa.
Se preguntaba si él se sentía de la misma manera, ya que parecía tan natural. Y sabía que aquello sería algo insignificante, dado que no tenían una relación verdadera. Había disfrutado escucharlo decir que estaba tentado de verla toda la noche, pero sabía que solo era un elogio. No quería engañarse en su propia mentira y creer que aquello era real. Sin embargo, era evidente que ambos estaban tentados constantemente a cruzar una línea que ni siquiera habían trazado.
Faltando pocos pasos para llegar a la puerta, Iris entró en pánico y empezó a hiperventilar. Sentía cómo el aire se escapaba de sus pulmones y, mientras intentaba respirar despacio