La madrugada antes de la marcha fue de ritos pequeños: nudos reforzados, sellos marcados con cera, antorchas nuevas. En la cocina del Santuario, la gente llenaba alforjas; en la capilla del Monasterio, los monjes trazaban guardias; en la tienda de Kaeli, Flor de Luna fue envuelta dos veces, con mantos y con juramentos. Nadie habló de miedo. Hicieron lo que se hace cuando el mundo exige coraje: organizaron la logística del valor.
Los preparativos finales también estaban listos.
- Rutas: Mirelle reajustó los mapas; evitó pasos previsibles y marcó una franja de pueblos amigos donde las lecturas serían replicadas.
- Guardias: Kethra dobló el número de capitanes escoltas; las Sombras de Vesta y dos fiscales de Maeli formarían rondas mixtas.
- Pruebas: Tres cofres idénticos saldrían en simultáneo por vías diferentes; uno llegaría al Monasterio, otro a la mayor plaza de la capital, el tercero se dejaría en manos de la prensa independiente que circulaba entre mercados.
Antes de partir, Kaeli