108. El baño
De forma análoga, en otra parte de la ciudad, en otro hotel. Hield estaba en su cuarto y Hee-sook en el de ella. Ellos también se habían desnudado para entrar al baño.

Hield había sido obligado a quedarse a dormir allí por Hee-sook. Esa hermosa, arrogante y soberbia mujer era tan peligrosa y preciosa. Tragó saliva en la ducha. Era la prometida de su hermano, pero no dejaba de fantasear con ella. Aunque Heinz estuviera enamorada de Ha-na, Hee-sook aún estaba prometida a Heinz, su propia sangre. En verdad sí era un amor prohibido e inmoral. Bajo el chorro de agua caliente, con las manos apoyadas en los azulejos de la pared mientras dejaba que la humedad bañara su cuerpo tenso. Pero no podía relajar su mente. La imagen de Hee-sook, tan activa y deslumbrante, no lo dejaba en paz. Era una mujer seductora en todos los sentidos: no solo por su personalidad dominante y su belleza casi inhumana, sino por el hecho de que pertenecía a su hermano, Heinz. Tragó saliva, sintiendo la culpabilidad ret
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