El rumbo de la conversación cambió, dejando a un lado a Maritza y entrando en una conversación importante para ellos, algo que había estado rondando sus cabezas y que debían hablar. Puntos que los llevaría a la verdad de un pasado que aún seguía siendo primordial para ellos.
Adrián dejó de balancear la pierna. Su rostro, de pronto, se volvió más serio. La tensión volvió al ambiente, esta vez con otro matiz, uno que ponía los sentidos en alerta. Alan y marcos se dedicaron una mirada la cual indicaba que era momento de aclarar todo.
—Están robando en la empresa —dijo Marcos sin más preámbulo—. No son pérdidas pequeñas. Ya revisé tres áreas: compras, inventario y logística. Hay desvío de fondos, materiales que no cuadran, proveedores fantasma.
—¿Desde cuándo? —preguntó Nelly, la rabia momentáneamente reemplazada por incredulidad.
—Desde hace meses. Pero este tiempo que ustedes no estaban, los números saltaron como una alarma. —Agrego Alan.
Adrián se inclinó hacia adelante, apoyando los c