CAPÍTULO 86

ESTHER

—¡Dime la verdad, Alaric! —le grité, sin poder contener la desesperación en mi voz.

No podía seguir con esta incertidumbre, con la sensación de que algo más grande estaba ocurriendo y él lo sabía. Su silencio, su mirada tensa, la forma en la que me protegía sin querer decirme por qué… todo me estaba volviendo loca.

Alaric me miró con intensidad, como si estuviera debatiéndose internamente. Sabía que estaba a punto de hablar, de darme las respuestas que tanto necesitaba. Pero antes de que pudiera hacerlo, un estruendo cortó el aire.

Un disparo.

Giré la cabeza justo a tiempo para ver a Damaso tambalearse y caer al suelo con un gruñido de dolor. Su cuerpo se arqueó de forma inhumana, y su piel comenzó a cambiar ante mis ojos.

Mi aliento se atoró en mi garganta cuando vi lo imposible suceder.

Su carne se retorció, sus huesos crujieron, y en cuestión de segundos, el hombre que conocía ya no estaba ahí. En su lugar, un enorme lobo de pelaje griceaso y ojos dorados respiraba con dific
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