ESTHER
Desperté muy temprano, si es que podía llamarle dormir, al hecho de estar sobre la cama toda la noche, dar vueltas de un lado a otro, me sentía tan confundida, no sabía que hacer con el dolor en el corazón.
Me levanté y miré a través de mi ventana.
Pero no duré mucho sola. Escuché cuando mi puerta se abrió lentamente.
—Chloe…
—¿Por qué no proteges a Alaric?
Me giré bruscamente.
—Porque me mintió, Chloe —le respondí con el corazón en un puño—. Me ocultó la verdad. Yo le conté mi odio hacia los hombres lobo, le confié mis miedos… ¡y él jamás me dijo nada!
Mi voz se rompió al final.
Chloe me miró con tristeza.
—No es cierto que sean monstruos —dijo con suavidad—. Y lo sabes, Igor no lo es.
Desvié la mirada, sintiéndome incapaz de responderle.
—Voy a estar con Igor, aunque el abuelo no quieran —dijo con determinación—. Y tú deberías comprender a Alaric. Si de verdad lo amas, debes detener esta guerra tonta. No tiene sentido continuar con algo así. No entiendo porque Chelsy los t