Terreno Peligroso.
Estaba ajustando los últimos papeles en mi escritorio cuando vi el auto de Dorian detenerse frente al edificio. Mi corazón dio un pequeño salto; no esperaba verlo tan temprano, y menos que viniera a mi oficina.
Respiré hondo, tratando de mantener la compostura mientras mi mente se llenaba de la mezcla de anticipación y curiosidad que sentía cada vez que él estaba cerca.
Traía un traje gris oscuro que delineaba perfectamente su figura, la corbata ligeramente floja como si quisiera mostrar que nada lo presionaba. Sus pasos eran seguros mientras entraba en la oficina, saludando con una sonrisa a los recepcionistas que parecían adivinar que algo importante estaba a punto de suceder.
—Buenos días —dijo, su voz grave resonando en el amplio espacio—. Espero no interrumpir demasiado.
—Creo que ya pasamos la etapa de formalidades —respondí con una risa, levantando la mirada y sintiendo que el corazón me daba un vuelco. Había algo en la manera en que me miraba, en cómo sus ojos grises parecían l