Capítulo 52. La carta.
POV: Gaspar
La seguridad más férrea se quiebra con un papel. No con una bala o una explosión, sino con una simple y arrogante hoja de lino doblada que se ríe de tus guardias, de tus protocolos y de tu maldito imperio.
El sobre estaba sobre mi escritorio cuando entré al despacho. Blanco, inmaculado e insultante. Era de un papel grueso, de calidad, como si Serguei hubiera querido que mi última certeza antes del pánico fuera la textura de su amenaza.
Sin remitente ni una arruga. Simplemente estaba ahí, en el centro de la caoba pulida que reflejaba la luz moribunda del atardecer florentino, como si el aire mismo lo hubiera depositado.
—No hay huellas —murmuró Dante desde la puerta, su voz era una roca raspando su garganta. Él y Lupo habían revisado el perímetro antes de que yo pusiera un pie en el piso superior.
Había veinte hombres armados rodeando la villa, hombres que disipaban y respiraban lealtad. Y, aun así, la carta había aparecido.
Lo tomé. Con una calma, adquirida a golpe de vivi