Capítulo 68. Final.
POV: Irina
Siete años.
Siete años se habían deslizado bajo los puentes de Nápoles desde el día en que di a luz a Dante y Sofía. Siete años desde que Gaspar, con su rostro cubierto de lágrimas y sudor, me demostró que el amor era la única arma capaz de dominarlo.
El tiempo no había envejecido a Gaspar, solo lo había pulido. Seguía siendo el Capo, la figura de poder inmutable que gobernaba el sur de Italia desde nuestra villa en Posillipo.
Pero en casa, bajo las arañas de cristal y los frescos del techo, era solo mío. Y eso era lo que importaba.
Nuestros hijos eran la viva imagen de nuestra unión: Dante era tranquilo y calculador, con los ojos oscuros y penetrantes de su padre, mientras que Sofía era un torbellino de fuego con mi cabello rubio y la risa contagiosa de su tía.
La guerra había terminado. Dejamos los escombros para que otros limpiaran.
Mi herencia, los millones y las propiedades sucias que mi padre, Dimitri Petrov, había amasado con la Bratva, fue el primer peso que quise q