Capítulo 67. El Linaje.
POV: Irina
El dolor era una bestia furiosa, pero no me importaba. Yo había sobrevivido a Kózin, a Natalia, a la verdad de mi padre. Unas contracciones no iban a vencerme. Eran solo la última batalla, y yo no iba a perder.
De hecho, ver el rostro de Gaspar por primera vez en pánico fue casi tan satisfactorio como mi venganza contra Ivanov. Era la prueba de que, a pesar de su poder absoluto, había algo que él no podía controlar, algo que dependía completamente de mí.
Estábamos en una habitación privada, casi un piso entero del hospital más exclusivo de Nápoles, una fortaleza médica que Gaspar había asegurado semanas antes de la fecha prevista.
Había guardias de seguridad de confianza en cada pasillo, siluetas sombrías que se movían con la discreción de los fantasmas.
Gaspar parecía más tenso que en cualquier guerra que hubiéramos librado. Su traje perfectamente cortado ya estaba arrugado, el cabello revuelto de tanto pasarse las manos por la cabeza.
—Respira, amore —suplicaba, su voz re