El. encuentro se da.
El edificio Farris se alzaba imponente contra el cielo, elegante y majestuoso, testigo de historias antiguas que parecían quedar atrapadas entre sus muros de mármol y cristal. Pertenecía a la familia Farris desde hacía décadas, adquirido por Marie con previsión y fortaleza. Ahora, aquel lugar se había convertido en el refugio secreto de Katherine y de su hijo Evan, nieto de Marie. Era también la herencia oculta que nunca pudo reclamar bajo el apellido Lewis Benson, pues el mundo lo había declarado muerto siendo apenas un bebé.
Ese día, en el penthouse, la espera se hacía insoportable.
—Ha llegado el día —susurró Katherine, con la voz temblorosa. En sus palabras se percibía el miedo y la ansiedad acumulada durante tantos años—. No sé qué reacción tendrán…
Sus ojos buscaron los de Evan y los de Marie. Ambos estaban igual de pálidos, atrapados en la misma tensión. Evan había inventado una excusa para no asistir al trabajo; había dicho a Anne que su madre estaba enferma y que debía llevar