Capitulo 29

El primer rayo del sol se filtró entre las cortinas pesadas del apartamento de Tiago, acariciando suavemente el rostro dormido de Jimena. La luz dorada parecía querer despertarla con delicadeza, como si supiera que lo que había vivido la noche anterior no podía romperse con una alarma abrupta.

Se removió entre las sábanas blancas, aún cálidas por el cuerpo de alguien que ya no estaba. La sensación de vacío en el colchón a su lado hizo que abriera los ojos con lentitud, como si temiera confirmar que lo que había vivido no era un sueño. Pero ahí estaban las sábanas arrugadas, el aroma tenue de su piel mezclado con el perfume amaderado de él… y las marcas en su cuerpo.

Un leve rubor le subió a las mejillas al recordar los suspiros, el calor, las caricias bajo el agua, los pétalos flotando como testigos mudos de su entrega. Tiago había sido paciente, intenso, dulce, devastador.

“Esto no debía pasar”, pensó mientras se sentaba en la cama, arropándose con las sábanas.

Pero había pasado.

Mir
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App