Levi:
Mi amor por Cassandra es algo de lo que me costara demasiado desprenderme, pero he entendido que ella ya no está que no volverá a mi lado y yo, ya me resigne a ello.
Pedí perdón más de una vez, le pedí perdón a todos en el palacio porque trate a cada uno de ellos muy mal, me comporte como un idiota con todos y me disculpe por ello. También le pedí perdón a Cassandra por haberme portado mal en todo este tiempo y por último a Anna, quien se ha llevado la peor parte de toda esta situación.
Las disculpas que le ofrecí a Anna fueron sinceras, así como las que le ofrecí a todos, porque si estoy arrepentido por haberme portado muy mal con ella, ahora que lo hice, me siento mejor, me siento más liberado y con ganas de comenzar de nuevo mi vida.
Fue difícil al inicio, porque temía a hacer las cosas mal, pero ahora que tengo a mi lado a Anna, se que puedo hacerlo mejor, que este a mi lado dándome buenos consejos y recordándome lo buena persona que fui en el pasado. Yo era una buena persona, pero la vida se había encargado de darme la peor de las lecciones, incluso me preguntaba: ¿Qué hice mal? ¿Que hice para merecer todo este trato? ¿Por que me quitaron a mis hijos si jamás hice nada malo?
Fueron esas y muchas preguntas más que me hacía durante el tiempo que la pase solo.
Mi vida ahora es distinta, se que tuve un muy mal comienzo con Anna, que no nos llevábamos bien e incluso peleabamos o yo, peleaba con ella por mi propia inmadurez, fue tanto mi odio que termine lastimándola. Anna es inocente, ella no tiene la culpa de las cosas que hayan pasado en mi vida, incluso ella ha estado más presente en mi vida que cualquier otra persona y aún así, la trate muy mal.
Ahora que me ha dado una oportunidad, no pienso desaprovecharla, voy a hacer todo lo que está en mis manos para que ella me perdone, porque se que no lo ha hecho del todo, se que no será fácil, pero haré lo posible para que ella me perdone.
De verdad me gusta, me gusta demasiado y quisiera poder intentar una relacion con ella, arreglar todo lo que eche a perder, eso es lo que más deseo ahora.
—Eso sería todo, faltaría enviar un donativo al hospital de ancianos.
—Perfecto, hazlo y avisa que donamos algo de dinero para lo que necesiten.
—Claro.
—¿Y Anna?
—Esta en sus clases —yo asentí—, ire a hacer lo que me pediste.
—Gracias Frederick.
El salió de mi despacho, yo solté un suspiro, tenía que calmarme para no ir por ella, en este momento ella está viendo sus clases.
A pesar de que ya tiene conocimientos sobre la realeza en Austria, sigue aprendiendo a ser una dama, cosa que me gusta porque eso hace destacar su belleza.
Anna es realmente hermosa, cuando eramos amigos jamás la vi como algo más que eso y cuando comenzamos a ser amantes, tampoco la vi de más, ahora que es mi esposa, su belleza deja en duda a las demás mujeres sobre el reino y sus alrededores.
Aquella piel pálida, esos ojos negros y ese cabello oscuro. Ella es realmente hermosa, fui tan tonto en no darme cuenta la mujer que tenía frente a mi, que más allá de la belleza, estuvo a mi lado en momentos difíciles, ahora se que siempre me amo y yo, me aproveche de ello.
Tengo demasiadas cosas que remediar con Anna, me gusta y la quiero conmigo siempre.
Y hablando de ella.
Entro a mi despacho, se le ha hecho costumbre usar esos vestidos que le llegan a los tobillos, debo decir que le quedan muy hermosos.
—Hola —le dije—, ¿que tal tus clases?
—Tediosas —caminaba de un lado a otro—, es bastante molesto tener que repetir ciertas cosas y en otro idioma, aunque me las se, debo repetirlas.
—¿En qué idioma?
—Francés —puso las manos en su espalda y sonrio.
—No sabía que hablabas francés.
—Jamás te lo dije —se encogió de hombros—, mi mamá era francesa —asentí, eso lo sabía—, así que aprendí el idioma a la perfección pero jamás lo use, no lo creí conveniente, hasta ahora.
—Vaya, eso me impresiona, ¿me dirías algo en Francés? —le pedí con un poco de ansia.
—Votre Majesté, vous êtes très beau aujourd'hui.
Solté un carraspeo al escucharla y me acomode en mi silla, aquello sonó demasiado sexy. Luego ella se acercó a mi escritorio para sentarse en el.
—¿No me preguntarás que dije?
—Yo hablo Francés —carraspee de nuevo—, así que si se lo que dijiste.
—Me alegra saber eso —rió un poco.
Ella se sentó en mi regazo, sin verlo venir me dio un corto beso, pero no lo deje así, metí mi mano en su nuca para atraerla más a mi para besarla, llevo días conteniendome de ello, pero ella me lo hace demasiado difícil cada vez que le tocó la mano o le beso la frente.
Ella en si, es una tentación para mi.
Los dedos de Anna tocaron mi cuello y sentí como ella, comenzaba a soltar mi camisa, yo la alcé un poco para que pusiera sus piernas de lado a lado de mi cintura, nuestro beso iba haciéndose más intenso. Metí mis manos en sus piernas y jadeé al sentir la suavidad de ellas sobre mis dedos.
—Hazme tuya ahora Mi Rey —ella murmuró sobre mis labios.
Ella soltó mi cinturón y comenzó a acariciar mi dureza por encima de mi pantalón, yo gemí por el suave toque de sus pequeñas manos.
Me levanté aún con ella encima de mi, la senté en el escritorio mientras seguia besandola, baje el cierre de su vestido y acaricie su espalda, deje sus labios y besé su cuello, escucharla jadear y gemir era una de las cosas más deliciosas que he podido escuchar, esto me encantaba.
Toque sus pechos tal y como siempre solía hacer, la alce un poco a mi para comenzar a besarlos, ella soltó un fuerte gemido cuando metí uno de sus pechos a mi boca rodee mi lengua por su duro pezón y me deleite con ello. Yo jamás la había tocado de esta forma, pero ahora estoy descubriendo que su cuerpo es una de mis cosas favoritas.
Volví a sentarla en el escritorio y alce un poco más su vestido, sin perder tiempo, le quité las bragas, solte el boton de mi pantalón para sacar mi dureza, la acerque mas a mi y me posicione en su entrada, ambos gemimos al mismo tiempo. Sentir la humedad saliendo de ella, me encantaba, no pude resistirme y me metí en ella.
Sentir como apretaba mientras la embestía, era de lo más delicioso que pude experimentar. Escuchar sus gemidos y su voz pidiéndome que lo hiciera más y más fuerte me estaba enloqueciendo.
—Vamos Levi, más duro —ella susurró.
M****a.
Me tuve que recargar del escritorio, escucharla pedirme más fue como un botón para volverme loco y hacer lo que ella me pidiera.
Comencé a hacer mis estocadas más fuertes y rapidas, ella gemía sobre mi oído con mucha fuerza y seguía pidiéndome que le diera mas duro, yo gustoso le obedecí, sentí como se corrio en mi miembro, aquello me hizo estremecer y termine corriendome junto con ella.
Ambos jadeantes y un poco sudorosos nos miramos.
—Aún no he terminado contigo —le dije y ella sonrió—, necesito más de ti.
—Lo que digas mi Rey.
Creo que ella encontró mi debilidad.
(...)
Más tarde:
Acariciaba la espalda de Anna con mis dedos, estuvimos encerrados en la habitación durante horas, incluso anocheció y seguimos aquí, acostados en la cama.
Hicimos el amor durante horas, fue realmente maravilloso tenerla en mis brazos, poder oler su cuerpo, disfrutar de sus hermosos pechos y hacerla mía cada vez que me miraba a los ojos. Joder, hace mucho que no me sentía tan pleno en los brazos de alguien.
—Anna..
—¿Si?
—Quiero que compartamos habitación —le dije con algo de miedo de que me dijera que no.
—¿Hablas en serio? —nos miramos.
—Si, quiero que compartamos habitación, ya que estamos intentándolo, no quisiera dormir solo —murmuré—, quiero que estes a mi lado —acaricie su mejilla—, pero es solo si quieres, había prometido no obligarte a nada.
—Lo se y lo has cumplido —recargo su mentón en mi pecho, luego sonrio—, asi que si... Si me gustaría compartir habitación contigo Levi.
—Gracias —sonreí—, en serio.
—Y.. ¿Cual habitación compartiremos?
—La que tu quieras, lo que quiero es dormir a tu lado, así que el lugar no importa.
—Tu cambio me gusta —suspiró—, pero también me asusta.
—Lo se, se que es pronto —le dije—, pero estoy haciendo un enorme esfuerzo —ella sonrió un poco—, lo haré hasta que me perdones.
—Vas por buen camino —se acercó para darme un beso—, no me defraudes Levi, estoy confiando en ti.
—Lo prometo —le asegure—, voy a hacer todo bien, te lo aseguro.
Se que le asusta mi comportamiento, no es para menos, después de todo lo que paso entre nosotros, es difícil que confíe en mi. Pero siento que lo estamos haciendo bastante bien, ya estamos comenzando a forjar el lazo que habíamos perdido hace mucho tiempo, que era el de la amistad.
Anna me gusta, creo que lo he dejado bastante claro y tambien quiero protegerla, por eso comencé a desactivar los comentarios en sus redes, yo debo dejarles en claro a mas de una persona que ella es mi esposa y que le deben respeto.
Se que muchos la odian porque creen que ella se metió conmigo a propósito o que busca un puesto en mi reino cuando no es así, pero los medios se han encargado que difamarla por cosas que no tienen nada que ver. Eso ha afectado un poco a Anna y pude verlo, pero también en parte es mi culpa por no detener todo esto.
Debía hacer algo.
(...)
—Quiero que envíes todas estas cartas a cada medio de comunicación aquí en Austria —dije fuerte y claro—, también a sus alrededores, los medios tienen estrictamente prohibido hablar mal de Anna.
—¿Estás seguro de esto, Levi? Esto podría afectarte un poco, poner tu liderazgo en duda, creerán que eres un Dictador y no un Rey, ya sabes, la libertad de expresión..
—Tienen suerte de que no lo sea —masculle.
—Levi..
—Cada revista, canal de televisión y radio, han difamado a Anna de la peor manera, solo mira esto —le di una de las revistas—, fue de cuando me case con ella, mira todo lo que dicen de Anna por Dios, es grotesco.
Habian dos páginas enteras con chismes sobre Anna y su trabajo dentro del palacio como sirvienta. En ellas decían que ella era huérfana, que su padre era un alcohólico cuando era mentira, decían demasiadas mentiras sobre Anna.
Incluso le inventaron un posible embarazo, tambien que queria estar a mi lado como reina para mandar a todos a la m****a, aquello me dio demasiada rabia. Pero no es más que mi culpa por no detener estas cosas, porque estaba tan inmerso en mi rabia que no me di cuenta del enorme daño que le hice a Anna.
—Demonios Levi —me miró—, dicen demasiadas cosas horribles de Anna.
—¿Lo ves? No me di cuenta porque no tenía tiempo para chismes ni mucho menos —murmuré—, no sabía de la gravedad de las cosas hasta ahora, ella ha sido lastimada con todos estos chismes mal intencionados.
—Estoy completamente de acuerdo, entregáremos las cartas a cada medio para que nadie hable de Anna.
—Perfecto, ademas, quiero que cada medio pida disculpas por lo sucedido —dije—, que se disculpen públicamente con Anna, se que ella no los querrá ver, pero claramente haré que se humillen asi como lo hicieron con ella.
Así comenzaría a poner a todos en su sitio. Ya no iba a permitir que nadie difamara a Anna con cosas que no son ciertas, esta era una de las formas en demostrarle a Anna que de verdad quiero ir en serio con ella, esta es una de las maneras de pedirle perdón, que de verdad sepa que voy a cuidarla.
Debo seguir luchando por ello, para que ella me perdone.