Anna:
Tres meses después:
—Déjame ayudarte mi cielo. —Levi tomó mi mano.
Estaba ayudándome a bajar las escaleras del palacio. Hoy íbamos hacia una de las escuelas que ya estaban listas para ser inauguradas. Me emocionaba mucho poder ir, ya que desde que me dispararon en la coronación, no había salido del palacio.
Honestamente estaba ansiosa por ir, por saludar a las personas y respirar aire fresco, la verdad si me hacía mucha falta salir del palacio.
—¿Todo bien mi amor?
—Todo bien.
—Recuerda que si quieres quedarte..
—Levi no —negué—, no quiero quedarme un segundo más en el palacio —suspire—, me hace mucha falta salir, ver la ciudad, los autos, todo... Quiero ir.
—Bueno, está bien.
Desde que salí del hospital, Levi ha estado protegiéndome demasiado, no he salido del palacio, solamente he estado en la habitación e ir por los pasillos ya que había perdido mucha sangre y eso me dejó un poco débil y me resultaba difícil moverme por mi cuenta.
Mi esposo ha estado demasiado maniático al respecto.
Aun no creía que Molly haría algo como eso, que ella seria quien me perjudica en muchos aspectos, ella tuvo escondido a Nicholas durante mucho tiempo, sabía que me odiaba desde el inicio, pero no creí que fuese capaz de tanto solo por su odio.
Ahora ella está encerrada, en una semana fue enjuiciada y fue lo suficientemente rápido para darle una sentencia de más de veinte años, también resultó con problemas mentales así que le metieron más de dos años en un sanatorio.
Y Nicholas pues, fue llevado de regreso a Estados Unidos, lo metieron en una carcel de maxima seguridad, Neumann ha estado haciendo su gestión en la presidencia como lo hacía normalmente, aun me causaba un poco de miedo verlo o hablar con él, sé que no tiene la culpa de las acciones de su hermano pero igual me daba miedo verle el rostro ya que es el mismo de Nicholas.
Aún estoy trabajando en ello.
—Su majestades, el auto está listo.
—Gracias Frederick —le dije.
Molly estaba con él, pude ver como ella lo ha estado mirando últimamente, se que ella le gusta Frederick, pero él es demasiado distraído como para darse cuenta.
—Iré adelante amor —Levi se fue hacia afuera con Frederick, yo me acerque a Molly.
—¿Sabes, Molly? —ella y yo comenzamos a caminar hacia la salida del palacio— Deberías invitar a salir a Frederick.
—Ay no —soltó ella nerviosa—, ¿cómo cree su majestad? —negó— Él está muy por fuera de mi alcance.
—¿Por qué lo dices linda?
—¿No lo ha visto? —negué— Es muy apuesto, listo y muy capaz... Yo a duras penas soy una simple asistente.
—¿Y eso que Molly? —reí un poco— Tu eres una mujer hermosa, además de inteligente... Cualquier hombre estaría contigo sin pensarlo, así que, toma la iniciativa —me acerque para susurrarle— Fredrick ama a las mujeres con iniciativa.
—¿De verdad? —le asentí— Lo pensaré, gracias su majestad.
—No hay de qué, pero dime Anna por favor..
Ella asintió. Molly es muy dulce y es una mujer realmente dedicada a lo que hace, es confiable. Frederick sería muy afortunado si ella estuviera con él.
Subí al auto con Levi, me dijo que esta noche tendría una cena muy linda para ambos así que no puedo esperar para cenar con él.
Mi papá ya debía estar en la escuela preparando todo. La verdad es que me enorgullece mucho de que él haya trabajado en este proyecto durante mucho tiempo, también fue al hospital a cuidarme mientras Levi hacía algunas cosas en el palacio.
Mi papá es el mejor.
Y me alegra mucho de que mis bebés vayan a tener a un abuelo con ellos, mi papá es bastante meloso conmigo, no dudo que sea igual con mis hijos o hijas.
Lo mismo pasa con mi nana, que me llama casi que a diario para saber si mis bebés están bien o si Levi sigue portándose bien conmigo, no cabía duda de que estaba rodeada de personas hermosas y maravillosas.
Acaricie mi vientre con mucho cuidado. Mis bebes estaban por cumplir cuatro meses. Hasta ahora esta todo bien con ellos o con ellas, aun era demasiado pronto para verse el sexo, así que por eso no había prisa. Lo importante es que estén sanos o sanas. Levi ha estado emocionado y ansioso por los bebés, siempre está al pendiente de que me alimente a la hora que es, que me tome todas las vitaminas y que no haga demasiado esfuerzo.
—Estaremos en el colegio un par de horas nada más, no quiero que te estreses linda —Levi posó su mano en mi vientre y comenzó a darle algunas caricias.
—Levi, no exageres.
—No lo hago mi amor —nos miramos—, solo quiero cuidarte.
—Pero estás siendo un poco exagerado.
—No estoy exagerando, solo procuro tu bienestar.. —me sonrió— quiero cuidar de ti y mis bebes —suspiro—, tuve miedo de perderlos... No quiero que eso suceda de nuevo.
Pude sentir el miedo en sus palabras. Así que esta vez le haré caso, se que quiere cuidarme y quiere protegerme, exagera un poco, se lo dejaré pasar.
—Llegamos, su majestad.
Levi bajó del auto, luego me ayudó a hacerlo. Saludamos a los presentes tal cual como solíamos hacerlo cada vez que estábamos en público. Luego entramos al colegio, mi papá vino hacia nosotros para saludarnos.
—Hola papá —lo abracé con más fuerza.
—Hija, que bueno que llegaron, todos están esperándolos.
—No, no señor —negué—, este es tu momento, tú cortarás el listón.
—¿Qué? ¿Hablas en serio?
—Si suegro —respondió Levi con una sonrisa—, usted ha estado trabajando por meses sin descanso, usted más que nadie merece cortar ese listón.
Los ojos de mi papa brillaron de la emoción. El creía que nosotros cortaremos el listón del colegio, claro que no. El merece cortarlo porque ha llevado a cabo todas estas remodelaciones, ha mandado a arreglar todo el colegio y supervisado todo de manera minuciosa.
Claro que él debe hacer esto.
—Ahora sigamos hacia el auditorio —dijo Levi.
Él se fue adelante, yo tomé el brazo de mi papá y lo entrelacé con el mío para así comenzar a caminar hacia el auditorio.
—Quedó hermosa la escuela papa.
—¿Tú crees?
—Así es —nos miramos—, tu trabajo es precioso, apuesto a que las demás escuelas también quedarán así.
—Gracias por confiar en mi hija.
—Claro que sí —sonreí—, siempre papá.
Llegamos al auditorio. Todos aplaudieron al verme llegar con mi papá. Estaban todos los niños del colegio presente, junto a sus padres, también algunos maestros y más personas. Mi papá me ayudó a subir a la tarima, me senté en una de las sillas junto a él. Levi comenzó con su discurso.
—Sean todos bienvenidos —dijo Levi—, el día de hoy, daremos por inaugurada una de las escuelas que han sido remodeladas, bajo la mano del reino de Austria y Ariel Francois, mi suegro.
Los aplausos se hicieron presente.
—Suerte, papá —susurré.
—Han sido meses de arduo trabajo, pero los resultados han sido los esperados —vi sonreír a mi esposo—, ahora, démosle un aplauso a Ariel Francois.
Todos aplaudieron, mi papá se puso de pie y caminó hacia Levi quien le dio un apretón de manos, luego él se acercó al micrófono.
—Buenas tardes a todos —se escucho un poco nervioso—, no prepare nada —rió un poco—, pero quiero agradecer a todos por la confianza, sobre todo a mi hija —me miró un momento—, que me dio la oportunidad y confianza de hacer esto. De verdad muchas gracias.
Todos volvieron a aplaudir, la verdad lo hizo muy bien.
Me puse de pie, Levi me dio las tijeras, yo, se las di a mi papá, la sonrisa que él tenía era enorme y yo, me sentía muy orgullosa de él, porque se cuanto se ha esforzado para mantenerse sobrio, ser una buena persona, ser amable y aprender cada dia. Me enorgullece el gran hombre y padre que es.
Mi papá cortó el listón con mucha alegría.
—Bien hecho papá —lo abracé—, estoy orgullosa de ti.
—Gracias mi niña —sonrió.
(...)
Más tarde:
Íbamos a celebrar el logro de mi papa, pero decidimos que lo dejaremos para después ya que él quiere mantenerse sobrio y tranquilo. Así que iríamos a nuestra cena, que sería en el palacio, creí que iríamos a algún restaurante o algo parecido, pero Levi me dijo que lo haríamos aquí en el palacio.
Tuve que cambiarme el vestido por uno mucho más cómodo y más suelto. Ya lista, baje las escaleras, todo el palacio estaba en silencio e iluminado.
Camine hacia el jardín, el par de guardias abrieron las puertas del mismo. Sonreí al ver todas aquellas luces en el jardín, la música resonar en bajo volumen. Todo el jardín estaba decorado con mis flores favoritas, las gardenias.
—Hola mi amor.
Levi estaba parado frente a mí, vestía nada más y nada menos que una camisa blanca, arremangada a los codos y con algunos botones sueltos. Su cabello estaba un poco desordenado y llevaba pantalones negros.
Dios, que hermoso es.
—Hola mi amor —le dije—, estas hermoso ¿te lo dije?
—Gracias —sonrió y vino a mi para darme un beso—, tu estas hermosa, como siempre.
—Lo aprecio, lo que preparaste —mire todo el jardín—, está precioso.
—No fue sencillo, hice todo yo, aunque tuve un poco de ayuda —se rasco la nuca.
—Puedo imaginarlo —sonreí—, las flores, están hermosas.. —las mire, estaban por todo el jardín.
—Si —lo mire—, te conozco desde que somos niños linda, recordé que, las gardenias son tus flores favoritas, mande a pedir muchas de ellas —beso mi frente—, quiero que tengamos una cena los dos, se que —él tomó mis manos— no te lleve a una cita, a bailar o de viaje como debía ser... Y lo siento —murmuró— pero prometo que voy a hacer todo eso, voy a llevarte a donde tu quieras y hacer lo que quieras, voy a compensarte todo mi amor.
—Ya lo has hecho.
—No, aun siento que no es suficiente —su mano se posó en mi mejilla—, qué debo hacer todo lo posible para compensar todo este tiempo, puede que nos amemos, pero aun así, siento que te debo demasiado.
—Eres muy dulce mi amor.
—Todo gracias a ti —sonrió—, me has devuelto las ganas de vivir Anna, las ganas de amar, de cuidar y de ser un buen hombre, estoy orgulloso de ti, de mi, de nosotros. Te amo.
—Y yo a ti mi amor —bese sus labios.
—Ahora su majestad —se apartó un poco de mí—, déjeme mostrarle la cena.
Me ayudó a sentarme en la silla, sobre la mesa había comida, debo decir que todo se veía delicioso.
—¿Tú lo cocinaste?
—Si y no —sonrió un poco—, Gloria me ayudó un poco, todo está delicioso mi amor, así que comencemos con esto —dejo el plato frente a mi—, mientras tanto, cenamos y así, nos conocemos mejor.
—Mi amor pero, ya nos conocemos bastante ¿no lo crees?
—Se que nos conocemos desde niños, pero yo me aparte de ti desde hace mucho tiempo, cuando nos casamos —bajo la cabeza un momento—, todo estaba mal entre nosotros, me negaba a aceptarlo y ahora que estamos juntos, nos amamos y tendremos a nuestros bebes, quiero conocer cómo es realmente mi esposa, conocer a esa mujer que amo y que tiene un noble corazón.
Aquello me conmovió mucho, claro que acepté esto. Yo también quería que él me conociera, que supiera que seguía siendo la misma persona que conoció cuando éramos niños.
Y así, comenzó una larga charla sobre nosotros, le dije cosas que sabía o que no recordaba. La verdad es que me gustaba mucho hablar con él, poder conocernos mejor o más bien, recordar viejos tiempos, aquellos juegos que solíamos hacer de niños. La verdad se siente tan bien volver a hablar así con él, de lo bien que no las pasamos cuando éramos pequeños.
Volver a hablar con Levi, es como volver a aquellos tiempos en donde era feliz con él, siendo amigos y siendo unidos, así como lo somos ahora. Ahora había una diferencia, que estamos casados y en la espera de dos bebés.
—Baila conmigo —dejo la servilleta sobre la mesa y se puso de pie, se acercó a mi para extender su mano, yo gustosa se la acepte, me ayudó a ponerme de pie, yo me acerque a el, para así, comenzar a bailar—, eres tan hermosa Anna —acarició mi mejilla—, soy un puto afortunado.
—Me honra mucho que lo digas mi amor.. Yo me siento muy afortunada también de tenerte conmigo —susurra.
—Bueno.. —comenzó a ponerse nervioso— he querido hacer esto —yo frunzo el ceño al verlo tan nervioso—, he querido hacer esto el mismo día de la coronación pero ya sabes que... No se pudo —me sonrió un poco.
Se alejó un poco de mí, jadeé al verlo ponerse de rodillas. De su bolsillo sacó una pequeña caja color blanca, al abrirla pude ver el anillo dentro de ella.
—Anna, se que nuestro comienzo no fue el mejor, que el anillo que portas ahora, no significa nada, pero ahora que te amo y he descubierto que eres la mujer de mi vida, quiero pasar el resto de la mia a tu lado —sonrió un poco, seguia viendose nervioso—, Anna, ¿te quieres casar conmigo?
No tuve que pensarlo demasiado, simplemente asentí muchas veces. No había duda de que él era lo mejor que me ha pasado en la vida, claro que quería volverme a casar con él, lo haría mil y un veces si pudiera hacerlo.
—Acepto mi vida.
Levi se puso de pie y se acercó a mí, sus manos temblaban al igual que las mías, eso era emoción pura. Me quito el anillo que tenía puesto para ponerme el que había adentro de la caja, yo no pude contener las lágrimas.
—Mi vida, no llores..
—Es que estoy feliz mi amor —miré el anillo en mi mano—, es precioso el anillo.
—Sabía que te gustaria —nos miramos—, eres mi esposa, pero no dude en pedirme que te casaras conmigo, quiero que tengas la boda de tus sueños —acaricio mi mejilla—, que escojas las flores, tu vestido, todo... Te prometo que de ahora en adelante, te haré feliz mi amor —sonrió—, a ti y a nuestros hijos —toco mi vientre—, porque es lo que te mereces mi amor, te mereces el mundo.
—Ya tengo todo mi amor —suspire.
Lo tenía todo, claro que sí. Los lujos no me importan, tampoco el dinero o la posición pero sí haré que todo mi esfuerzo valga la pena. Quiero que él se sienta orgulloso de mí, así como me siento orgullosa del hombre que es.
Amo a este hombre y él me hace feliz.
Fin.