Claro, aquí tienes la escena extendida a aproximadamente 1200 palabras:
Cinco años han pasado desde aquella batalla que marcó el fin de Magnus, el Alfa del Viento. Una victoria costosa. El campo quedó cubierto de cenizas y sangre, y los cielos no volvieron a ser los mismos. Desde entonces, los reinos han cambiado. Algunos han caído en la oscuridad, otros resisten con lo poco que les queda, pero todos, sin excepción, llevan las cicatrices de la guerra.
El Reino del Agua, antaño vasto y próspero, yace ahora herido, como un pez varado en la orilla. Sus canales sagrados están contaminados, sus fuentes mágicas secas. Claudia, su reina, permanece confinada a una cama de piedra, envuelta en mantas de algas curativas y en el silencio de una voz que ya no puede levantar mandatos ni cantar oraciones. Dos años atrás, una lanza envenenada atravesó su costado durante la defensa desesperada contra las tropas del Quinto Reino. Ella, la guardiana de los mares, luchó con la furia de una tormenta. Pero