NAIN
Los días posteriores Iorek en conjunto con sus guerreros compartieron, tácticas de combate, compartimos entrenamientos intensificados de día y de noche, fue un arduo trabajo en conjunto.
Pero pronto debía partir para cuidar de su manada o lo que quedaba de ella.
En esos días no hubo amenazas, no hubo ataques, nada, no se si debía agradecerle a la madre luna o debía preocuparme por el silencio que hacían nuestros enemigos.
De algo estoy segura, ellos están esperando algo, tal vez esperan que rompa el sello del collar de mi padre o se están organizando para dar un golpe más grande. Tal vez esté equivocada.
La tarde se había desvanecido con lentitud sobre los bosques que rodeaban el territorio, tiñendo de oro las copas de los árboles. Desde el ventanal del gran comedor, observaba cómo el sol se ocultaba tras las colinas, preguntándome cuánto duraría esta paz.
La alianza con Iorek se había sellado con firmeza. Su manada había jurado defender nuestras tierras como propias, y sus sol