Cap. 152. A un suspiro de ella.
—Gracias… por confirmarme lo que ya sospechaba —murmuró Alexandros sin girarse—. Me vi obligado a fingir mi muerte para arrancar de raíz a todas las ratas como tú… y lo haré. Me aseguraré de que tu hermana no tenga la más mínima oportunidad de acercarse a mi familia.
Se dio media vuelta. Y su mirada… ya no era la de un hombre, sino la de un cazador.
—¡Ella los matará! ¡Te lo juro! ¡Acabará lo que yo empecé! —gritó Yannis, sacudiéndose con furia.
Alexandros se agachó, dejando sus labios a un suspiro de los de él.
—Entonces asegúrate de mirar bien… desde el infierno… cuando no lo logre.
Antes de que Yannis pudiera replicar, Nikos, con la furia contenida de años, le soltó un puñetazo directo al rostro.
El golpe fue tan brutal que la silla se desplomó con un estruendo seco.
—Alexandros… —dijo Nikos con la respiración entrecortada, y los nudillos sangrantes—. Déjame hacer esto por ti. Por todo lo que te han hecho. Por lo que quisieron hacerle a Maite… y a los niños.
Yannis escupió sangre,