Cap. 158. El segundo “sí”
Maite estaba acostada en el sofá, arropada con una manta de felpa, mirando una comedia ligera sin prestarle demasiada atención.
Sus dedos rozaban su vientre casi por costumbre.
A sus cinco meses, la pancita comenzaba a redondearse de forma hermosa.
Alexandros estaba sentado en el borde del sofá, observándola con ese ceño fruncido que solo él sabía convertir en ternura pura.
—¿Seguro que estás bien ahí? ¿El respaldo no te lastima, verdad? —preguntó por enésima vez.
Maite suspiró, divertida.
—Alexandros… si me muevo un centímetro más, voy a fusionarme con el sofá. Estoy bien. Lo juro por mi bebé.
—¿Y mi segunda princesa está bien? ¿No quiere… una almohada especial para bebés que descansan en úteros adorables?
—La bebé quiere que su papá se calme y se siente a su lado, por favor —dijo ella, dándole una palmadita al espacio vacío junto a su cadera, provocando que Gianna y Gael, qué estaban sobre la alfombra, rieran.
Alexandros se rindió por un momento y se acomodó cuidadosamente, como si