Cap. 107. Bajo la orden de Alexandros.
Narrador omnisciente:
Maite reaccionó rápido, ocultando la pantalla del móvil.
—Nada, mi amor. Solamente pensaba en voz alta.
La niña giró sobre sí misma, haciendo que sus coletas se alzaran con gracia en el aire.
—¡Me encanta el nuevo peinado que me hiciste! Quiero mostrárselo a papá y a las señoras nuevas.
Maite rió, con ternura, aunque por dentro un nudo de ansiedad le oprimía el pecho.
—¿Y yo? —interrumpió Gael con un puchero y los bracitos cruzados—. ¡Yo también quiero algo lindo para mostrar! ¡Aunque los niños no se hagan coletas!
Maite lo llamó con un gesto suave de la mano y lo sentó frente a ella. Tomó el peine con delicadeza y le peinó hacia atrás, moldeando el cabello con cariño, y sacándole un flequillo. Luego alzó un espejo de mano de la mesita y se lo mostró.
—Mira qué peinado más elegante… Te ves tan misterioso y guapo como tu papá —dijo sin pensarlo, y en ese instante, se dio cuenta de que la oscuridad que rodeaba a Alexandros, esa intensidad peligrosa… que la aterrab