NARRA ALEXANDER
Verlo salir feliz de nuestro cuartito privado en compañía de esa mujer, me dolió. Rápidamente, mi corazón se estrujó del dolor y de los celos. Por mi mente vi el gesto de satisfacción cuando lo llamé para avisarle que me iba a mi casa. Eso me enfureció y mejor opté por irme de su lado. Me sentí herido, traicionado, burlado, Danko se aprovecha de cualquier resquicio para follar con cualquiera que le de oportunidad.
Solamente quería irme de ahí, me sentía asfixiado de tanta mentira y traición. Mientras me iba hacia el elevador, Danko me llamaba, pero yo hacía caso omiso a todo lo que me hablaba, hasta que logró alcanzarme y agarrarme por el brazo. Me pedía perdón, me suplicaba, sin embargo, yo estaba tan enojado, que no me importaba nada de lo que trataba de explicarme. Hasta que me cansé y reaccioné con violencia y lo empujé con mucha fuerza.
No medí consecuencias, mi mente nublada por la rabia, no me dejo ver que Él estaba cerca de la escalera y use mucha fuerza en mis