CAPÍTULO 43 – El eslabón más débil
Por órdenes directas de Camilo, la vigilancia sobre la manada Rukawe se intensificó hasta convertirse en una sombra constante. Ethan, junto con otros dos lobos de confianza, había recibido la instrucción de no apartarse ni un segundo de los alrededores del territorio enemigo. Camilo siempre había sabido que los Rukawe eran una manada fuerte, organizada y con principios férreos. Pero lo que no imaginó —lo que jamás creyó posible— fue descubrir que todos los hijos del alfa poseían dones extraordinarios.
Ese hallazgo no solo lo irritó. Lo confirmó.
La unión entre Arasy e Iker era la causa.
La combinación de dos linajes poderosos había dado como resultado descendencia que superaba cualquier expectativa. Y si eso era cierto con sus hijos, también significaba que Arasy misma cargaba poderes heredados, únicos, que para él serían de gran utilidad.
Poderes que nunca lograría someter.
Camilo no se engañaba. Arasy nunca sería suya, jamás obedecería sus órdenes,