CAPÍTULO 23 – Los celos son malos consejeros
Lucy observaba desde lejos la cabaña de los sanadores, donde había visto por última vez a Tao y a Kerana. Apretó los puños hasta que sus uñas se clavaron en la piel. No era solo rabia… era ese sentimiento amargo que mezcla el orgullo herido con la sensación de perder algo que nunca se tuvo realmente.
Había salido antes con uno de los hijos mayores del alfa, Atuel, pero aquello había sido pasajero, una distracción. Tao, en cambio, despertaba en ella algo más profundo, una necesidad de ser vista, elegida, deseada. Y lo peor era que, desde que Kerana llegó, él parecía no tener ojos para nadie más.
Esa noche se reunió con sus amigas en el claro detrás del salón común. Las antorchas iluminaban tenuemente los rostros de Victoria, Tala y Nahir, las jóvenes más cercanas a Lucy desde su infancia. La conversación giró pronto hacia el tema que todas esperaban.
— ¿Vas a dejar que esa forastera te quite a Tao así de fácil? —preguntó Victoria, con una s