CAPÍTULO 18 – Verdades que asustan
Arasy acomodaba las mantas mientras Iker observaba cómo el resplandor del fuego se reflejaba en el rostro de su esposa. Había inquietud en sus ojos. Una tensión que él conocía demasiado bien.
— Hoy he visto cómo Tupã y Tao se comportan con Kerana —dijo al fin, rompiendo el silencio—. Ambos la buscan. Y no solo por curiosidad. Creo que… los dos sienten algo por ella.
Arasy se detuvo un instante, con la manta aún entre sus manos. Luego la dejó caer con suavidad.
— Lo he notado también —respondió, sin mirarlo directamente—. Y no te equivocas, Iker. Ambos la miran con algo más que interés. Pero lo que más me preocupa no es eso… sino lo que podría desatarse si siguen acercándose a ella.
Iker frunció el ceño.
— ¿Te refieres a que podrían enfrentarse?
— Sí —dijo ella, finalmente girando hacia él—. Pero no sería una simple pelea de hermanos. Lo que hay entre ellos y Kerana tiene raíces más profundas.
El alfa se cruzó de brazos, caminando unos pasos hasta el