VICTORIA
—Vamos, amiga, tú eres médico, no puedes tener miedo.
—Todos hablan con lógica, claro que lo entiendo, pero es que un bebé, no es como si me fueran a sacar un apéndice o la vesícula.
—Lo vas a hacer bien, tú, tranquila, no estás sola, nos tienes a todos; además, mira, ahí viene papá pitufo.
—No le diga así.
—Está todo de azul y tiene la barba blanca. —Guardó silencio cuando lo veo acercarse, todo agitado.
—Ya estoy listo, amor, es que me puse nervioso y no sé cómo rompí uno de los trajes. Ya estoy sudando de los nervios.
Los veo interactuar entre ellos y me lleno de emoción. Mi mejor amiga por fin tendrá a su princesa; quisiera tanto que mi cuerpo resista, que llegue el momento en que vea a mi esposo correr desesperado para el nacimiento de nuestra hija. Quiero fuerzas, eso quiero.
Ha pasado casi media hora y todos están aquí. Ivanna con Mika sobre su regazo; Drago vino solo porque su nena está con fiebre y su esposa la está cuidando.
—Preciosa, mejor siéntate, no quiero que