NARRADOR OMNISCIENTE.
DIEZ AÑOS DESPUÉS
—Esta es una clase de intercesión familiar, ¿o qué?
—Como la mayor, es mi deber ante ustedes y mis hermanos hacer uso de la palabra. —Era la pequeña Ana, que de pequeña ya no tenía nada. Era hoy a sus veintitantos años, estudiante en derecho con especialidad en familia; a lado suyo estaba Dimitri, con veinte años, un estudiante de ingeniería ambiental que le daba dolores de cabeza de vez en cuando atándose a algún árbol, haciendo protestas, lanzando huevos a las autoridades de la ciudad que se niegan a firmar la ley de protección animal.
—Ella tiene razón, no me gusta dársela, pero está en lo cierto acerca de reunirnos todos aquí. —Era Ángel con veintiún años, estudiante de medicina, futuro cirujano con especialidad en oncología y jugador de ajedrez aficionado, pero que en su poder tiene varios premios por ello. —Esto lo hacemos por su bien; siempre han velado por cada uno de nosotros y han procurado por nuestro bienestar.
—No entien