Capítulo sesenta y dos. Ensayo de boda.
La mañana empezó con el olor a lavanda y el sonido del piano. Kyan practicaba una melodía suave, aprendida de oído, mientras Millie bailaba descalza por la sala con un tutú improvisado. Nicole lo observaba desde el umbral de la cocina, con el celular en una mano y una lista interminable en la otra.
—¿Sabías que hay personas que hacen cursos de "preparación emocional para bodas"? —comentó, sin apartar la vista de la pantalla.
—¿Y qué enseñan? ¿A respirar mientras tu hija insiste en que las flores sean todas moradas y brillantes? —preguntó Kyan, sin dejar de tocar.
—Algo así —respondió ella, suspirando con una sonrisa.
Estaban en una casita de campo cercana a la playa, alquilada por unos días para ultimar detalles lejos del bullicio. Amanda llegaría por la tarde con la modista, y Daniel con los documentos finales. Todo parecía avanzar como debía.
Todo... excepto por ese cosquilleo en el pecho de Nicole. Una mezcla de emoción, temor y esa vocecita