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InicioLA TRAICIÓN QUE NOS UNE
LA TRAICIÓN QUE NOS UNE

LA TRAICIÓN QUE NOS UNEES

Romántica
Ranacien  Recién actualizado
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10
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91Capítulos
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Resumen
Índice

Sinopsis

RomanceMalentendidoCruelRicocelosembarazadaTraición

Embarazada Peter, su marido, la hermosa enfermera Pilar Montenegrino no esperaba que mismo día que decide contárselo, él le pedirá el divorcio, absolutamente destrozado porque ella lo ha traicionado. El millonario agente de seguridad Peter Embert, enloquecido y celoso, tiene pruebas de esa infidelidad, se ha enterado, a través de unas fotos, de una triste verdad que Pilar ha ocultado durante dos años. ¿Cómo podrá ella explicar que todo se trata de un fatal malentendido en pleno dolor de su esposo, quien, enceguecido por la rabia y el poder de la traición, la aparta de su vida como si fuese su enemiga?

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LA TRAICIÓN QUE NOS UNE Novelas Online Descarga gratuita de PDF

Último capítulo

  • CAPÍTULO 91.

    Él sonrió más abiertamente al verla caminar, se veía hermosa. Pilar ahora llevaba el cabello completamente suelto y retocó su maquillaje. Él pensaba que no le hacía falta, pero se le veía estupendo el labial rojo en su rostro de porcelana. Siempre le encantó cómo esos colores fuertes resaltaban el impresionante verde de sus ojos, la convertían en una mujer muy sexy, muy sensual.—¿Trajiste un suéter? Los vientos pueden darte frío allá arriba. —Señaló la mochila militar.Él asintió, fue hasta su pequeño equipaje y sustrajo un suéter de color gris cuello en V. Se lo colocó encima de la camisa celeste y salieron de la casa, caminado hacia arriba, él con zapatos deportivos, ella con sus sandalias, ascendiendo las escalinatas típicas, Peter sonriendo, mirando los azulejos en el suelo, atrayendo a

  • CAPÍTULO 90.

    —Pilar, no creo que deba responder eso.—Lo sé, pero juro que ésta es la primera y última vez que te pondré en esta situación.La niñera y la enfermera se miraron justo a los ojos.—No es la primera vez que me haces este tipo de preguntas.—Incorrecto. Las otras veces intenté hacerlas. Solo que me retracté. —Hizo una pausa—. Además, no me interesaba saberlo. No como ahora —dijo en un tono bajo. Alzó su mirada sin mover su cabeza.—Me basaré en lo que la señora Carol demostraba, porque no creo que sea correcto que hable de mi jefe sobre esas circunstancias. —Pilar no emitió juicios respecto a esa decisión, pero la aceptaba—. La señora Herly siempre se quejaba de que el señor nunca estaba allí. Se quejaba mucho de que él... no la besaba. Al menos, no con frecuencia. —Ahora, quien alzaba su mirada sin mover la cabeza era la niñera, queriendo saber si Pilar había entendido el juego de palabras.La enfermera se tragó lo mal que le caía ese tema, pero ella fue quien preguntó y no había vuel

  • CAPÍTULO 89.

    (Dos días atrás).La noche cayó. Ya eran más de las 17:00 horas y Peter no daba señales de vida. Pilar agradecía sobremanera el haberse devuelto a su casa y que las ocupaciones aligeraran su preocupación. Llegar temprano a la isla fue buena cosa. Arreglar su pequeño hogar, asearlo, mostrarle a Susana su habitación, organizar entre ambas el cuarto de los niños, tomar café, conversar, salir a pasear, visitar la taberna de Leotrivi que ese día invitaba a una nueva parranda, quedarse un rato en la plaza junto a la niñera y los pequeños, saludar a la gente, ir juntas a casa de los hermanos Bouras, visitar a la amable y servicial señora Hilda, fueron tareas, tareas y más tareas, quehaceres que entretuvieron a Pilar hasta la tarde.—Creo que Victoria tiene sueño —anunció Susana, con la niña en brazos—. ¿Tienes sueño, pequeña? ¿Tienes sueñito? —Miró a Pilar—. ¿Qué hora es?Pilar y la niñera, junto con los pequeñines, ya se encontraban dentro de la casa. Piero jugaba, caminando de aquí para al

  • CAPÍTULO 88.

    Se creó un silencio profundo, Peter no movió ni un solo músculo. Pensó rápidamente en esa locura que acababa de escuchar, sin mover ni una sola pestaña, no queriendo dar mayor lectura a nada más allá de lo evidente.«Este tipo conoce a Carol... Adaras conoce a Carol. Este imbécil no trabajó para Adaras en La Ciudad, no pudo haberla conocido allá. Tiene que saber de ella gracias a Vlachos, pero... ¿contratar? ¿Será que Carol se ha mezclado de nuevo en ese mundo y Álvaro la obligó a representarle ante el contrato de este tipo? Carol está desaparecida desde Septiembre, esto no tiene sentido».Tragó una repentina sequedad de su garganta.—¿Para qué te contrato la señora Herly? —Le siguió la corriente, pensando que aquel quería desestabilizarlo con mentiras.—Ella me contr

  • CAPÍTULO 87.

    —¿Quién te envió? —preguntó Peter, hablando en un perfecto turco.Aquel hombre, el interrogado, se enderezó en su silla al ver que el rubio entraba a ese apartamento. Al momento de lanzar esa pregunta, caminaba hacia él y se sentaba al otro lado de la mesa de pesado y frío metal, con carpetas en su mano y un teléfono móvil guardado dentro de una bolsa de grueso plástico. El movimiento provocó que las esposas ancladas al tubo sobre la mesa tintinearan.Peter Embert en persona. El rumano pensó que las cosas estaban complicadas para él, pero frente a sí se presentaba lo que estuvo esperando, que fuese el propio agente Embert quien le interrogara. Llevaba un arma guardaba dentro sí, una artillería que pensó que podría usar de un momento a otro y solamente lo haría con el rubio, con nadie más, algo que no pensó que sucedería.El agente y el rumano se miraron. Cumplidas más de cuarenta y ocho horas, ya siendo de tarde, se repetía la pregunta, “¿quién te envió?”, y se repetirían muchas más,

  • CAPÍTULO 86.

    El Boreas Stone House, una de las mejores posadas del pueblo griego de Chora, no sabía a quién estaban hospedando esa mañana y jamás podrían saberlo después de que Rita Corn les saludara amenamente, hablando inglés con fluidez y usando su mejor cara, una terriblemente emocionada por vivir nuevas aventuras y por haber llegado a ese punto alejado en el mundo.Rita pidió, ya en reserva, una habitación con balcón, el cual tenía vista al muelle y le agradó ver desde allí hacia abajo, específicamente hacia la terraza principal donde se ubicaban las mesas del restaurant, hamacas para tomar el sol y muebles para pasar un buen rato, un enorme y atractivo telescopio colocado allí para ver las estrellas, ubicación perfecta para espiar. La mujer también se mostró muy contenta porque la cámara de su teléfono, siendo usada a toda hora, no sería ningún problema para nadie luego de contarle a la dueña de la posada y a la recepcionista que ella era una documentalista de un pequeño canal en su ciudad y

  • CAPÍTULO 85.

    Él exhaló y negó, pero no en respuesta, sino por su incredulidad y por no estar de acuerdo con toda la conversación. Alzó la cara, con sus brazos en jarras, como si elevara una rápida plegaria al cielo. Luego, enfrentó a su exesposa.—Esto solo se lo he contado a George por cuestiones legales: nos sometimos a una prueba de paternidad y sí, ella es mi hija.Los ojos de Pilar parecían dos bandejas de plata, sus labios separados, de pie, congelada.—No me gusta responder ese tipo de preguntas. Me avergüenza muchísimo todo, las circunstancias de que ciertamente tuve sexo con esa mujer ese día, que fui tan estúpido como para dejarme engatusar por alguien como Carol, con quien no había tenido ningún problema antes, además de conocer su pasado. No se trata de discriminación, ella no las tuvo fáciles y la misión para la que fue contratada y entrenada fue una de las aguerridas. —Ella enarcó las cejas—. Sabes cuáles son esas infiltraciones, ¿cierto? ¿Lo recuerdas? El grado de dificultad de esas

  • CAPÍTULO 84.

    Peter alzó a Pilar en brazos y se dirigió hacia el agua, ya estaba tibia y calmó toda la congoja casi de inmediato.Allí se quedaron, bajo la ducha un rato que pareció demasiado largo, dándose besos y caricias, besos y más besos, estaban enamorados y tenían mucho recorrido por delante, muchas cosas por sanar, lomas y caminos que transitar, una lucha que pesaba y podía ser terrible.—Debemos irnos, ¿cierto? —dijo ella—.Quiero ver a Piero, ver si todo está bien en Santo... —Ella se calló de repente.Él respondería, pero notó su abrupto silencio.—¿Qué sucede? ¿Pilar?—Tengo que volver a preguntarte esto: ¿qué sucederá con Victoria? Ella... Me pone triste que nadie quiera ir a verla.—Yo quiero ir a verla, ¿por qué dices eso? Y quiero ver a Piero también.—Quieres ver a Vicky, pero no lo dices con frecuencia.—¿Quieres que lo diga más a menudo?—No es eso, es que... cada vez que hablo de Piero, tú.. solo hablas de él y qué bien, pero... —Él escuchó atentamente—. No quiero ser malinterpr

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  • Entrevista Para Una Esposa.
  • Esposa por alquiler
  • La Heredera
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91 chapters
CAPÍTULO 1
LA TRAICIÓN QUE NOS UNE/Ranacien
El agente de seguridad Peter Embert no durmió esa noche en su apartamento.Llegó a su lujoso piso bien temprano en la mañana con una carpeta en mano. Caminó directo a su habitación y encontró a su esposa dormida bajo las sábanas.Arrastró una silla y se sentó a esperar que despertara, pero más allá de eso, intentar calmar la furia que llevaba dentro.Pilar, su mujer, sintió ruido y fue abriendo sus ojos poco a poco. Le costó quedarse dormida sin dejar de pensar en la maravillosa noticia que acababa de enterarse. Estaba loca por compartir con él que estaba embarazada. Sintió excelente encontrarlo allí, mirándola. Sonrió, pero al detallar sus ojos, la sonrisa amainó.—Cariño, ¿cuándo llegaste? —preguntó ella con la voz pastosa por el sueño, mientras se acomodaba.Peter quiso preguntarle lo mismo a Pilar, pero con una gran variante. Él quiso preguntarle cuándo fue el día que ella llegó a su vida con tantas mentiras. En vez de eso, lanzó la carpeta hacia la cama, la caída de la misma prov
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CAPÍTULO 2
LA TRAICIÓN QUE NOS UNE/Ranacien
Pilar clavó su mirada en los documentos que definían el término de cinco años de matrimonio.Ella sentía toda la culpa, aunque no la tuviese, aunque fuese víctima de algo que no podía contar. Hace dos años las cosas en su vida se oscurecieron y aunque tenía las enormes ganas de relatarle todo a Peter, quien además es el gran jefe y dueño de una empresa de seguridad, no podía. ¿Cómo lograría que él confiara en ella ahora y que desistiera de divorciarse?Se giró con un rostro de absoluta tristeza.—No estarás hablando en serio, tú no quieres el divorcio.—¿Qué necesitas, una pluma? —Él caminó de prisa hacia la mesa baja de la sala y alcanzó una estilográfica que lanzó sobre la mesa del comedor—. Firma y te vas.Pilar apoyó su cuerpo en la mesa sintiendo un repentino mareo que rápidamente pasó.Peter se mantuvo estoico, fingiendo no haber notado el desvanecimiento, sin embargo se prometió no dejarse engañar por ella, en ese momento no sabía de lo que ella era capaz.Pilar negó con su cab
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CAPÍTULO 3
LA TRAICIÓN QUE NOS UNE/Ranacien
Pilar se enderezó, limpió su cara y poco a poco fue llenando una maleta con lo más necesario, derramando esas lágrimas acalladas que ya salían sin esfuerzo alguno. Se dirigió hacia su mesa de noche y abrió la gaveta. Miró desde allí la ecografía de su bebé, la que le enseñaría a Peter junto con el pastel. Apenas tenía diez semanas de embarazo, pero en el eco pudo ver a su gran sueño gestarse.«Si se lo digo ahora pensará que lo hago para amarrarlo y capaz...» Sus pensamientos dieron un alto gracias al nivel de tristeza que los formaba. «Capaz piense que no es suyo». Ella aún no creía encontrarse en esa situación y la absoluta desconfianza que recibía de su marido. «Pero él tiene fotos de mí y conoce al personaje que estuvo conmigo esa noche», concluyó, sintiéndose aún más perdida que antes.Guardó en su maletín el móvil con el cual se comunicaba con su hermana y dejó dentro de la gaveta el suyo.A punto de tomar la ecografía, un nuevo toque en la puerta la interrumpió.—¡Pilar! —Peter
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CAPÍTULO 4
LA TRAICIÓN QUE NOS UNE/Ranacien
Pilar sintió una punzada en su vientre que la paralizó, aún estando en el suelo luego de que Peter cerrara la puerta.Era la primera vez que estaba embarazada, pero era enfermera y comprendía que esos dolores no eran normales, así que se preocupó.Miró la madera blanca de la entrada al apartamento, ese objeto que le prohibía regresar a ese bello mundo que tenía con su gran devoción, repleto de futuro y amor, el más entregado amor, algo que casi no tuvo hasta que conoció a ese rubio impresionante de apellido Embert, que siendo tan desconfiado con el mundo, decidió hace un poco más de cinco años confiar plenamente en ella.De nuevo la punzada y una presión muy fuerte en su pecho. El susto regresó con alarmas encendidas que fueron borradas de un plumazo al ver los billetes en el suelo. La rabia y la impotencia se apoderaron de ella mientras luchaba por levantarse e irse de allí.Lo fue logrando poco a poco, haciendo respiraciones profundas hasta ponerse de pie.Se dijo a sí misma que no
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CAPÍTULO 5
LA TRAICIÓN QUE NOS UNE/Ranacien
La camilla, trasladada por un personal médico, atravesaba las puertas de emergencia de la clínica a la que fue llevada Pilar. Peter también corría al lado de ellos. No hablaba, no interrumpía lo que decían entre sí los doctores, solo respondía preguntas, como la edad que tenía la paciente o alergias que ella pudiese tener. Cuando alguien le preguntó cuántas semanas de gestación tenía, fue la primera vez que separó sus ojos del cuerpo desmayado de Pilar. Le dio vergüenza y rabia responder que no sabía, que apenas ese día se acababa de enterar. Losdoctores no le dieron mayor importancia al que no supiera, ya lo descubrirían, y se llevaron a Pilar lejos de él, sin dejarle avanzar más por los pasillos, dejándolo rezagado y sin noticias. —Mi hijo... ¡¿Y mi hijo?! —Pilar despertó una hora después de haber sido ingresada, aún alojada en el área de emergencia, aunque esta vez en una zona de recuperación. —Pilar, tranquila, tranquila, todo está bien —le dijo una de las enfermeras que al ve
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CAPÍTULO 6
LA TRAICIÓN QUE NOS UNE/Ranacien
Peter no estaba en sus cabales, o al menos así se sentía. Acababa de enterarse de la infidelidad de su esposa, quien ya había firmado el divorcio exprés que le pidió a su abogado redactar y añadiendo mas piedras a su corazón y su estómago, perdió a una hija o a un hijo el mismo día que se enteró de su existencia, un infante que deseó tener desde que decidió pedirle matrimonio a Pilar, un sueño mutuo. Lo peor no era sentir la pérdida en carne propia, sino el no pode evitar pensar en lo que ella pudo haber sentido. «Si yo estoy destruido por el dolor de esta pérdida, ¿cómo la habrá sentido ella?», se permitió preguntarse. Pero hasta allí sus pensamientos, porque la dureza regresaba como una coraza sobre él, la misma que no dejó que se quedara en la clínica, cubriendo todo y construyendo sus pasos, los mismos que lo llevaron al bar que solía frecuentar cuando quería estar solo.Copa tras copa, fue dejándose embadurnar por los sonidos a su alrededor, el televisor encendido con un partido
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CAPÍTULO 7
LA TRAICIÓN QUE NOS UNE/Ranacien
Pilar vio un arma en el suelo junto a unas botas femeninas de escuadrón. Las había visto antes, en los pies de una de las empleadas de su exesposo. Dejando que la puerta se cerrara sola, fue dando lentos pasos siguiendo el rastro de las prendas abandonadas por doquier como trapos viejos: un par de jeans al otro lado de la mesa del comedor, la chaqueta de Peter lanzada al suelo muy cerca del pasillo de habitaciones. Y ese olor tétrico a licor siendo cada vez más penetrante, se mezclaba con el perfume de una mujer.Los latidos del corazón de Pilar agitaron su pecho, su estómago se apretó creando un fuerte nudo ahí dentro. No entendía mucho qué pasaba, solo podía comprender que Peter no se encontraba solo y ese hecho la puso muy nerviosa.Tragó grueso mientras se adentraba en el pasillo de las recámaras. Se detuvo frente a la puerta de la habitación que fue suya hasta esa mañana y suspiró, con mucha tensión sobre sus hombros.Tocó la puerta, no hubo repuesta. Frunció el ceño.—¿Peter? —T
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CAPÍTULO 8
LA TRAICIÓN QUE NOS UNE/Ranacien
Peter abrió sus ojos, se encontraba solo y no fue testigo del despertar de C.H, tampoco del momento en el que ella rodeó la cama y vio los regalos que Pilar le dejó con la cámara fotográfica. Tampoco se percató de su risa al leer lo que su exesposa escribió y mucho menos sintió cuando se fue.De igual forma, Peter no escuchó lo que dijo esa mujer que lo embaucó, mientras acariciaba su espalda:“Por fin te tuve entre mis brazos, querido Peter. Esa horrible mujer y su hermana jamás te darán problemas”.Ni siquiera sintió el beso sobre su piel como una marca que lo patentaba como suyo, El rubio Embert solo despertó con su exesposa y su pequeño hijo no nacido en sus pensamientos.Enfocó su vista, luchando con un dolor de cabeza de los mil demonios, apenas podía definir dónde se encontraba. Parecía sentir a Pilar bien cerca, se estaba volviendo loco.—¿Qué hora es? —Apenas pudo enarbolar la pregunta, pero supo que casi era de noche.Le dolía la garganta también y era extraño. Bebió más de
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CAPÍTULO 9
LA TRAICIÓN QUE NOS UNE/Ranacien
Pilar sintió un toque en la puerta que la puso más nerviosa de lo que ya estaba. No se encontraba sola y el hecho de que alguna mucama o cualquiera del personal apareciera de la nada, ponía en peligro tanto la vida de esa persona como la de ella misma.Pilar no podía ver bien el rostro de quien le mandó a hacer silencio con gesto de su dedo enguantado en cuero negro, puesto que los lentes de sol y el pasamontaña en su cabeza cubrían parcialmente su cara.La puerta volvió a sonar con un toque más. El gesto de su acompañante cambió, ahora le indicaba que se levantara de la cama, abriera y que fuese rápida. A ella no le dio chance cambiarse de ropa, apenas se había quitado los zapatos que compró en el hotel anterior con la tarjeta que le dieron allá y que aún llevaba en un bolsillo de su pantalón, pero en ese momento no le importó estar descalza, solo quería cumplir con el mandato de quien la tenía prisionera.Caminó hacia la puerta y abrió, sus ojos se expandieron de súbito.«Oh, no». E
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CAPÍTULO 10
LA TRAICIÓN QUE NOS UNE/Ranacien
Peter gruñó, separándose del cuerpo inerte de quien le recibió con agresiones en esa habitación. Se levantó y sintió un fuerte dolor en un costado. Ya lo había sentido en el pasado, se diagnosticó alguna fisura en las costillas, pero eso no le detuvo para correr hacia ella.—¡Pilar!La mujer cayó sentada dejando un significativo camino de sangre en la pared tras recibir un disparo en el hombro izquierdo. Cuando él se acercó, ella intentaba presionarse la herida.Peter buscó rápido algo que sirviera para dar más presión, trayendo consigo una toalla blanca del baño.—¡Presiona fuerte, no dejes de hacerlo. ¡Pilar, mírame! No dejes de hacer presión.Sin guardar el arma, él se levantó, sacó su móvil y llamó a emergencias, también reportó en la agencia lo sucedido, sobre todo a su personal de mayor confianza, pidiendo refuerzos estratégicos que pudiesen encargarse del cuerpo con especial discreción.Pilar empezaba a sentirse muy mal, un shock se avecinaba. Más allá de la sangre que perdía,
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