Queridos lectores,
Al cerrar las páginas de "La Sustituta Rota", me encuentro en un momento de introspección profunda, como si yo mismo hubiera recorrido el laberinto de emociones que Mila, Nicolás y los demás personajes han transitado. Como autor, CINVAN, he dedicado meses—quizás años, si cuento las ideas que germinaron en mi mente mucho antes de poner la primera palabra en papel—a tejer esta historia. No es solo una novela; es un espejo de las complejidades humanas, un testimonio de cómo el dolor puede forjar resiliencia, y un recordatorio de que el amor, en sus formas más puras y rotas, es el hilo que une todo. Si me permiten, quiero compartir con ustedes mis reflexiones sobre esta obra, no como un análisis frío, sino como una conversación sincera sobre lo que me impulsó a crearla, lo que aprendí en el proceso y lo que espero que haya resonado en ustedes.
Comencemos por el corazón de la novela: Mila. Desde el primer capítulo, quise que Mila representara la lucha de tantas mujeres q