Capítulo 128.
POV: Nicolás
El sol se alzaba sobre el pueblo costero, sus rayos dorados reflejándose en las olas que lamían la playa frente a nuestra nueva casa. El aroma salado del mar se colaba por las ventanas abiertas, mezclándose con el olor a pintura fresca y madera pulida. Habíamos llegado la noche anterior, los gemelos durmiendo en el asiento trasero mientras Mila y yo descargábamos las últimas cajas, nuestras manos entrelazadas en cada pausa, como si temiéramos que el pasado pudiera alcanzarnos. Esta casa—un bungalow de paredes blancas y tejado azul, con un jardín donde Sofía y Mateo ya corrían persiguiendo gaviotas—era nuestro nuevo comienzo. Pero mientras ordenaba cajas en el porche, mi mente seguía atrapada en el hombre que había sido: el verdugo, el cazador que torturó a Lola, que derramó sangre por Mila. Dejar eso atrás no era tan simple como mudarse.
Mila salió al porche, su vestido suelto ondeando con la brisa, su piel brillando bajo el sol matutino. El leve abultamiento de su vientr