Capítulo 130.
POV: Nicolás
El sol se hundía en el horizonte, tiñendo el cielo de un rosa suave que se reflejaba en las olas frente a nuestro bungalow. La brisa marina traía un aroma salado que se mezclaba con el perfume de las flores silvestres que Mila había plantado en el jardín. Estaba en el porche, una caja de madera en mis manos, planeando la renovación de nuestros votos matrimoniales, un gesto para sellar nuestro amor después de todo lo que habíamos enfrentado. La idea había surgido semanas atrás, tras la crisis del sangrado, cuando vi a Mila en el hospital, vulnerable pero fuerte, su mano apretando la mía como un juramento. Quería prometerle de nuevo que estaría a su lado, no solo en la oscuridad, sino en esta luz que ahora construíamos. Pero mientras organizaba los detalles, un eco de inseguridad me perseguía: ¿merecía este amor, después de la sangre que había derramado por ella?
La casa estaba viva con el caos alegre de los gemelos. Sofía y Mateo correteaban por el salón, sus risas resonan