Mundo ficciónIniciar sesión
Apoya la muñeca enyesada contra el filo del lavabo de mármol; el solo contacto le arranca un gemido, la herida está cruda, sin cicatrizar. No es el mejor momento para hacer algo así; es estúpido, pero con Gianluca, no hay otra forma de escapar sin poner en riesgo todo por lo que ha luchado.
Caterina aprieta los dientes, las piernas le tiemblan y, a pesar de que no hace calor, la frente le suda.
Empuja. No lo hace con fuerza, lo hace con ira, llena de rabia, y da un primer golpe.
El dolor explota como una llama de fuego que sube por su brazo, arrasando con todo, hasta apretarle la garganta, hasta hacerla casi vomitar. Pero no se rinde y vuelve y golpea.







