—Dispara, porque si no lo haces, te aseguro que nunca volverás a tener a Caterina a tu merced. — Gianluca lo mira con los ojos encendidos, se vuelve a mirar a Paolo y luego observa a Caterina, mientras una lágrima silenciosa se desliza por su mejilla. — No eres más que una basura, una copia barata de un jefe de un clan. — Rocco se vuelve a tirar con fuerza del cañón. — Alguien que golpea a su esposa, no tiene el derecho a llamarse “don” y mucho menos a ser considerado un “jefe” o un “capo". Eres una vergüenza para la comisión.

            Gianluca, sin poder soportarlo más, retira el seguro del arma mientras se escucha que la puerta es empujada con fuerza, y Salvatore se tira contra el cuerpo de Rocco haciéndolo caer al suelo, un segundo despu