-No señor Vitale, creo que el pago es superior a lo que ralamente debería ganar una asistente, pensé que el señor Alberth se había equivocado, pero de inmediato salió a buscarlo, espero no haber causado algún problema.
-No Marian, no hay ningún problema y ese es el salario correcto, usted no trabajará para mi, sino conmigo, usted será la gerente del área de proyectos, estará a mi lado siempre que se pueda, será mi mano derecha en cuanto a proyectos de la empresa.
Marian no sabía ni que hacer, le estaban dando una gerencia, trabajar con un hombre como Omar Vitale era un lujo que muchas personas desearían.
-¿Está seguro de lo que me está ofreciendo señor Vitale, usted no conoce mi trabajo, y si no doy la talla?
-Señorita Kent, yo conozco su trabajo bastante bien, desde que manejaba la empresa de su padre, usted junto con él la sacó a flote, no sé porqué terminó en manos de Ana Roberth pero esa empresa en sus manos se codearía con la mía en el ámbito de la construcción, sé que le falta un semestre para graduarse de arquitecto, es por eso que le estoy dando este puesto, necesito que termine la carrera de arquitectura para que me ayude con algunos proyectos que tengo en mente, estoy segura que haremos un excelente trabajo.
Es más, mire esto, dijo Omar tomando su teléfono móvil, este es su proyecto de graduación, al menos eso me dijeron en la universidad, no sé porqué dejó usted de estudiar, pero si usted culmina este proyecto, quiero que me lo venda para desarrollarlo en el centro, me parece increíble el concepto arquitectónico que tiene y el nuevo edificio de la empresa me gustaría que sea este.
-Señor Vitale, para serle sincera me tiene realmente impresionada, creo que me ha investigado, el motivo por el que no seguí con mis estudios es porque a mi esposo le parece innecesario que yo estudie, me ha dicho que +el tiene el dinero suficiente para darme lo que necesito y créame que una discusión con él no es nada que quiera tener.
-¿Fue él? Preguntó Pomar tocando la comisura de la boca de Marian.
Ella un poco apenada, negó con su cabeza.
-Vamos Marian, puede confiar en mí, yo sé en qué negocios se especializa su esposo, sé que él desea que mis cruceros lleven su porquería de Sur América a Europa y el dinero de vuelta, sé que si usted está acá es por qué él la tiene como conejillo de indias.
-Señor Vitale, créame que sería incapaz de hacer algo así, de hecho ese tema sería el siguiente que tocaría con usted.
-Lo sé, una mujer inteligente como usted e hija de Walter Kent, no podría nunca prestarse para una bajeza como esa.
-¿Fue él Marian?
-Sí señor Vitale, fue mi esposo, hubo un mal entendido, eso fue todo.
-¿Eso fue todo? Marian, una mujer como tú, no debería aguantar pero nada, eres hermosa e inteligente, ¿lo amas tanto?
Marian lo miró al los ojos y volvió a sentir ese escalofrío en su cuerpo.
-No, a ese hombre lo odio con toda mi alma, pero él tiene algo que yo amo con mi vida, tiene a mi abuelita, es el único familiar que tengo, ya una vez que intenté escapar le dio una golpiza que la mando a cuidados intensivos por algún tiempo, mi abu es una mujer mayor, no aguantaría más golpes, dijo ella con sus ojos enrojecidos.
-No puede ser mujer ¿y dónde está tu abuela?
- Se supone que la tiene en un centro para adultos mayores, no la he podido ver desde hace algunos años, la verdad no tengo idea de donde está mi abuela, me ha amenazado con hacerle daño si yo no le doy información de su empresa y de los cruceros, no se preocupe señor, que no lo haré, yo tengo ética y usted está confiando en mi.
-No te preocupes Marian, le daremos lo que quiere a tu esposo, si desea enviar droga o dinero, lo haremos a mi manera, tú no pierdas cuidado, yo me encargo, solo dime que quiere tu esposo y se lo daremos.
No tengo idea del porqué te casaste con un hombre como él si me dices que no lo amas.
-Es una larga historia.
-Bueno, vamos a mi oficina, solo firma el contrato y hablaremos toda la tarde sobre ello si gustas, hoy me tienes por completo, saqué el día para ti, dijo él con una sonrisa tierna.
Sin pensarlo dos veces la chica firmó el contrato y lo dejó en la carpeta sobre el escritorio de Alberth.
Salieron de la oficina de recursos humanos rumbo a la oficina de Omar.
-¿No tienes hambre?
-Sinceramente muero de hambre, de los nervios no desayuné, dijo ella sinceramente.
-¿Qué se te antoja de comer?
-No lo sé, amo la pasta.
-Pues pasta será, déjame sorprenderte, dijo él mientras el elevador subía al piso numero cuarenta.
Al llegar al piso cuarenta del enorme edificio, Omar abre la puerta y permitió que Marian entrara primero, un enorme apartamento, decorado muy minimalista en blanco, negro y gris.
-Es mi secreto, dijo él giñando un ojo y sonriendo.
Omar se quitó el saco, se arremangó su camisa, le pidió a Marian que lo siguiera hasta una enorme cocina, abrió una botella de vino y sirvió dos copas.
-Hoy cocino yo, la próxima lo harás tú, dijo él mirándola a los ojos.
-Que conste, dijo ella sonriendo.
Omar al momento tenía todo listo para una pasta, en media hora ya estaban deleitándose de un rico almuerzo, Marian miró a Omar en todo momento, realmente se sentía excitada al verlo, aparte las dos copas de vino que había ingerido, estaba haciendo un efecto desconocido, la chica no tomaba ni una copa de vino, es por eso que se sentía un poco confundida con lo que sentía.
-Vaya, me ha sorprendido señor Vitale, la pasta estaba exquisita, muchas gracias, dijo ella un poco ebria.
-Marian, dime algo, ¿porqué te casaste con Landon Drope?
-En realidad no me casé con él, me casaron, me vendió Ana por una gran suma de dinero.