– Alianzas en la sombra
El club privado estaba sumido en una penumbra elegante, apenas interrumpida por el brillo ámbar de las botellas de cristal tras la barra. Elio Caruso se encontraba en un rincón apartado, lejos de las miradas curiosas de los socios que, hasta hace poco, le rendían pleitesía. Tenía un vaso de whisky frente a él, el tercero de la noche, y el hielo ya se había derretido casi por completo.
Su mente era un torbellino de imágenes inconexas: el rostro de su padre —o del hombre que siempre creyó su padre— lleno de desprecio; el cuerpo frío de don José; y la mirada gélida de Cristina exigiendo un divorcio que él no estaba dispuesto a conceder. Se sentía como un náufrago en un mar de traiciones, y lo peor de todo era el silencio que rodeaba la verdad sobre su origen.
En medio de su ensimismamiento, el teléfono sobre la mesa vibró con una insistencia irritante. Era Laura. Elio cerró los ojos y soltó un suspiro cargado de frustración. Ella era el refugio que normalmente bus