Era como si la tierra se hubiese detenido, para Angelic no era nada sencillo sentir la mano del hombre que tanto amó, en su vientre tocando a su bebé.
Le asustaba que el CEO lo pudiera sentir, que se diera cuenta de que llevaba a su bebé en su barriga. Ella se tensó y de inmediato se alejó de su ex esposo como si tuviera fuego en la palma de su mano.
— ¡No me toques, no quiero que te me acerques, yo llevo al bebé en mi vientre, yo lo he cuidado, yo lo amo, y soy su madre, así que obviamente es mío! Espero que eso despeje tu duda y no te vuelvas a sentir con derechos de cuestionarme. — Angy trató de calmarse. No quería demostrarle a ese hombre ruso, lo mucho que le afectaba su cercanía.
Dimitrir Darkok no había visto a su ex esposa ponerse tan a la defensiva, y tampoco le había hablado de esa forma, ella parecía no querer verlo ni en pintura. Ella decía amarlo cuando todavía estaban casados, ¿Acaso lo había olvidado por completo?
— ¡¿Qué no tengo derecho?! ¡Fuimos esposos m