Rafaela está dolida.
No pasó mucho tiempo para que el heredero Darkok bebiendo desde la barra tuviera que ver a Rafaela bailar con el ojiazul Ivanov, ella sonreía, lo dejaba tocarle la mano, y el moría de celos.
— Pero que resbaloso es este heredero, se le está lanzando con todo a Rafi. — Al calor de las copas el ojigris llegó hasta ellos de nuevo.
— Donovan, me permites bailar está pieza con la cumpleañera. — No era una pregunta, esos jóvenes CEOS lo que menos eran sin duda ni tímidos, ni tibios, ellos eran dominantes, seguros de si mismos, con una obsesión por el control y por el trabajo.
— Vladimir, ¿No consideras que es demasiado inapropiado que vengas aquí a querer bailar con Rafaela mientras tú novia está en la mesa con tus padres? Si tienes problemas con ella, no utilices a Rafi para darle celos. Déjanos en paz, lo estamos pasando muy bien.
— Yo no tengo novia, terminé con ella desde hace días, y hoy se lo volví a dejar claro, además los Mendoza y los Darkok han sido amigos de toda la vi