A Angelic se le calmó el dolor, se terminó quedando dormida, pero en su corazón estaba aterrada, estaba sufriendo mucho por estar separada de su hijo, ella lo extrañaba muchísimo, y extrañaba los cuidados de su ex marido, todavía lo amaba, aunque no se lo pensaba decir, y ahora ya no tuviera oportunidad para hacerlo.

(...)

Mientras tanto Rafael cargaba y paseaba de un lado a otro al bebé Vladimir, si se detenía no pasaba mucho tiempo para que comenzara a llorar, el niño era fan de los paseos.

— ¡Santo cielo Dimitrir, tienes a este bebé totalmente embrazilado, no me deja sentarme!

— Se le tiene que cargar porque es parte de los cuidados que tenemos que darle por ser un bebé prematuro.

— El efecto canguro, ¿Así es como le llaman, cierto? — Preguntó Emil.

— Si, desafortunadamente mi pequeño está delicado de salud, ahora mismo no sabemos si será un niño especial, tiene que ganar peso, y poco a poco evaluar su desarrollo neurológico.

— Cuánto lo siento, pero siendo hijo