Un arrogante mafioso. Errores que cuestan.
En el estado de euforia y descontrol en el que se encontraba el mafioso, si iba a ver a Angy, definitivamente sería para una sola cosa, si la había secuestrado era porque quería hacerla suya, y ya nada se lo impedía.
— No vas a ir a ver a la mujer, ella está convaleciente, le acaban de quitar los puntos de la cirugía, sé que eres un salvaje, y que te importa muy poco lastimarla físicamente, pero si quieres que se convierta en tu esposa, deberías de tenerle un poco de consideración, no es una de las putas que te follas, mejor si quieres acción, puedo llamarte a las chicas.
— ¿Entonces para que la hice traer si no es para hacerla mi mujer? Me tuvo muchos días ignorado, no se digno ni siquiera a responderme el maldito teléfono, debe pagar por eso, debe compensarme por no elegirme, yo la cuidé en ese maldito hospital mientras que su ex esposo la había abandonado y se paseaban con la sensual rubia de Giorgiana por todas partes, ¡¿Y así me pagó?! ¡Mandándome al diablo como si ya no l