Di la verdad o te mato aquí mismo.
La mirada gris del CEO estaba puesta en el niño, él estaba sufriendo, la terrible escena del accidente de su madre, y ahora esa mujer parada ahí mintiéndole deliberadamente, debía hacer algo para solucionar la situación.
— ¿Por qué le estás mintiendo a mi hijo? Tú y yo no tenemos nada, jamás te he insinuado que tengamos una relación, solamente eres mi clienta, y de haber sabido que me causaría tantos problemas, jamás habría aceptado el proyecto que tenemos.
— Dimitrir, no me niegues delante de tus amigos, hemos pasado tanto tiempo juntos, ten el valor de aceptar lo que sientes por mi.
— ¿Lo que siento por tí? — El CEO sonrió de lado. Lo que no auguraba nada bueno. El empresario caminó lentamente hasta donde se encontraba la mujer de largo cabello castaño, y llevó su mano hasta su cuello. — Dile a la verdad a mi hijo, o este será tu último día de vida. — Se le escuchó decir con los dientes apretados al hombre.
— Suel...ta...me dimi...trir. — La mujer golpeaba la mano del CEO, c