Cinco varones Mendoza para trabajar en la compañía.
Emma había pasado días en los que sus trillizos apenas la dejaban mover, ellos daban fuertes patadas, o se le encajaban por algún lugar, y la limitaban mucho, pero ahora había llegado el momento de que nacieran.
El equipo médico debía actuar rápido, apenas le hizo la anestesia a la madre, comenzaron a abrir para sacar a los bebés.
— Estamos comenzando confíe en nosotros, señora Mendoza, haremos nuestro mejor esfuerzo.
— Rafael, ¿Crees que salga todo bien? Estoy preocupada, siento que les faltó tiempo en mi barriga a los niños.
— El ultrasonido solo dijo que tenías poco liquido amniótico, pero en todo lo demás ellos no presentaron otras complicaciones, cariño, así que no te preocupes así.
Los médicos abrieron capa por capa hasta llegar al primer bebé.
El llanto de la criatura interrumpió la conversación de los padres, ellos sintieron gran emoción solo de escuchar ese llorar.
— ¡Quiero ver a mi bebé! ¿Qué es, un niño, o una niña?.
— Es una hermosa nena, Señora Mendoza