No son trillizos, son trillizas.
— Nos llevaremos a la nena para que la vea el pediatra, después la vamos a cambiar, en caso de que no sea necesario que se queden en la incubadora por un tiempo, las llevaremos a la habitación que reservaron para la señora Mendoza.
Explicaba una amable enfermera para que los padres supieran paso a paso lo que harían con las nenas.
Afuera los padres de Emma y sus dos hermanos ya esperaban noticias, Elías De León estaba muy nervioso.
— Cálmate papá, todo va a salir bien. — Emmanuel Se León, el primogénito de la familia, trataba de tranquilizar a su padre.
— ¿Entonces por qué no salen a darnos noticias? ¡Ya ha pasado mucho tiempo!
— Querido, recuerda que son tres bebés, es el triple de trabajo el que tienen que hacer los médicos.
— Ese Rafael Mendoza, ¿Qué no puede ser un hombre normal y ponerle solo un hijo a mi princesa en su barriga? La pobre ha tenido que soportar poder apenas caminar estos últimos meses.
— Emma va a estar bien, ¿Además no viste como está tan ilusio