TIENES MI APOYO TAMBIEN.

-Hola Berat, ¿podríamos vernos por favor?

-Hola hermosa, claro que sí, tu solo dime donde, estoy en mi oficina en el centro.

-¿Hay problema si voy para allá?

-Ven acá te espero, dijo el Turco algo preocupado.

Zaira llegó a la oficina de Berat, era algo pequeña, ya que solamente estaba en el país por algún tiempo, su empresa principal estaba en Turquía.

Al encontrarse con él, Zaira no pudo más que llorar desconsoladamente.

-¿Niña, que ha pasado, porqué las lagrimas?

-Ay Berat, sé que puedo confiar en ti, sé que no dirás nada y necesito sacar esto que llevo dentro, dijo Zaira entre sollozos.

-Tú sabes que si, ven, dime que ha pasado. ¿Estabas en la empresa de Fabbri, ya fuiste a la entrevista?

-Por donde comienzo Berat, es una larga historia, ya sabes la historia de mi padre y todo eso, pues mi madre cayó en el hospital, necesitaba una cirugía urgente, su vida dependía de eso Berat, creo que mi tío Arnold ya te lo ha comentado, pues ese día yo estaba en el café que te he comentado, estaba atendiendo la mesa de Fabbri, porque él lo pidió, ese hombre me llamó la atención casi de inmediato, vamos, tu sabes de esas cosas, contigo no tengo que fingir, es un hombre muy atractivo.

-Pues la verdad sí que lo es, no le veo problema a que te guste, ¿pero espera, te dijo algo porque antes trabajabas en la cafetería? Preguntó Berat en un tono bastante molesto.

-No, no para nada Berat, cálmate, ese día mientras que yo atendía la mesa, entró a la cafetería una llamada del hospital, a mi madre le daban horas de vida si no se realizaba la cirugía, de eso dependía su vida, Berat, no es excusa, pero yo estaba desesperada.

-Por supuesto, es tu madre, no me imagino como ibas a estar, mi niña, ¿Qué pasó entonces?

-Una de las chicas de la cafetería es dama de compañía, pero también tiene relaciones sexuales con los clientes, ya sabes.

-Ajam, ¿que mas? Respondió Berat sin imaginar lo que Zaira le iba a confiar.

-Pues no tenía los dos millones de dólares de mi madre y mi amiga arregló todo para que me fuera  a la cama con un tipo, Berat, nunca había hecho algo así, era mi primera vez y resultó que el hombre con quien tuve mi primera experiencia es nada más y nada menos que Dante Fabbri y ahora me dice cosas y me hace sentir mal porque soy una prostituta. Terminó diciendo la chica llorando sin control. 

-Ay mi niña, ¿tu mamá lo sabe?                                                                                    

    -No, no lo sabe y por favor que no lo sepa, yo le dije que me habían prestado el dinero y que yo lo pagaría.                                                                                           

-Cuentas conmigo para lo que necesites, tienes mi apoyo también, hiciste lo que pudiste con lo que tenías, y es algo por lo que nadie te puede juzgar o tratar mal, ¿Él, Fabbri, tiene idea de porque te fuiste  a la cama con él?                             

- No, la verdad no me interesa que lo sepa, lo que tiene de atractivo lo tiene de idiota, dijo la chica más tranquila.                                                                               

 -Mi vida, este tipo de hombres no valoran a una prostituta y para él tu eres igual que tu amiga, la del café, no lo estoy defendiendo, pero tienes que entender que la manera en cómo te fuiste a la cama con él no es la mejor Zai.                                 

 -¿Entonces, que se supone que debo hacer, permitirle que me trate como lo hace?                              -Claro que no, nunca debes dejar que nadie te haga sentir mal, pero si el hombre te interesa, tu dile las cosas tal como sucedieron, sino, entonces sigue guardando silencio, dijo Berat con total seriedad.               -Lo sé Berat, ahora mismo no tengo claras mis ideas, no tengo idea de lo que voy a hacer, gracias por escucharme, darme consejos y ser así de sincero conmigo.   

–Mi niña, no puedo cambiar mi manera de ser, así soy, algo difícil  y a veces cruel para decir las cosas, pero lo hago porque te quiero, ahora, cabeza arriba, nadie debe verte por debajo, tu eres una princesa Zai, de eso no puedes olvidarte, es más, si no quieres volver a la empresa de Fabbri, no lo hagas, perderás una gran oportunidad, pero ahora si es tu decisión y yo intervendré mas, mi Arnold te ha ofrecido trabajo, tómalo si es lo que deseas, pero Zai, si lo haces, debes de ser la mejor en eso, lo que sea que Arnold te de cómo tarea, lo que me dijiste no saldrá nunca de mi boca, a no ser que sea para salvar tu vida. Ahora ven mi niña, dame un abrazo.                                                                                                                        

    -En la empresa de Berat, pasó Zaira el resto del día, ayudándole con algunas facturas que tenía que presentar   Berat, Zaira era buena en lo que hacía, el ver a su padre trabajando le había dado una idea clara de cómo debían ser las cosas para que una empresa marchara bien.                                                        

-Bueno mi niña hemos terminado por hoy, te llevo a casa o quieres ir en tu auto, tu dime que yo obedezco. 

-Ay Berat, estás loco, conduciré ¿irás a casa hoy?                                                     

    No, hoy estaré con mi amado, dijo él riendo.                                                                          

Zaira iba en su auto pensando en todo lo que había sucedido desde el día en que conoció a Dante Fabbri, toda su vida había cambiado, ahora había estrés, miedo a que descubrieran lo que ella había hecho, se había vendido, por el motivo que fuera, ella se había vendido y el idiota de Fabbri ni siquiera se había dado cuenta de que ella le había entregado su virginidad, no le había preguntado el porqué de su noche juntos, porque los dos millones de dólares, el hombre solamente había pasado una noche con una más del montón, pero para ella aunque pareciera imposible, había sido una noche especial independientemente por el motivo que fuera, había tenido su primera vez con un hombre muy atractivo, si alguna mujer se enterara, ella sería la envidia de todos por haber pasado una noche con Dante Fabbri, pero era un secreto que ella deseaba mantener, lo sabía su amiga Stella y ahora Berat, ella había confiado en él, solo esperaba que no se lo contase a su tío, no sabría cómo reaccionar si se enteraba.

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