Al salir de la oficina, Olivia que había estado insistiendo para entrar a la oficina de Dante, estaba sentada en la sala de espera al asecho.
-Guapo, por fin sales, dijo Olivia saltando sobre el hombre y besando su mejilla, muero de hambre, ¿vamos a comer algo?, dijo mirando a Zaira. -Ahora no puedo princesa, estoy con Zaira Smith, ya sabes algo de trabajo, pero te prometo que lo compensaré esta noche, dijo Dante intentando causar celos en la chica. -Bien, tu nunca rompes tus promesas, iremos a cenar y después, ya veremos después, respondió Olivia, dando un beso al aire, sintiéndose la mujer más feliz del mundo porque Dante la volvía a invitar a salir. -Señor, no se preocupe por mí, ya tendré tiempo de conocer la empresa, creo sería una mala elección quedarse conmigo y rechazar a la princesa. De verdad, por mi, puede ir a desayunar, almorzar o cenar con cualquier mujer que se pase por delante, yo puedo conocer la empresa sola. -Disculpa, yo no soy cualquier mujer, soy Olivia Renoir y no es por ti que Dante se queda en la empresa, por si no lo sabes es un hombre muy ocupado y el tiempo lo da solamente a personas importantes en su vida, dijo la chica sin pensar que Dante estaba con Zaira regalándole el tiempo. -Bien, es bueno entonces saber que el señor Fabbri me está regalando su tiempo, ¿será que soy importante para él? dijo Zaira sintiendo como intentaba de no decir algo inadecuado a la chica odiosa de la que ya había escuchado hablar y había visto a Dante bailar con ella, aparte era su ex novia de casi cinco años. -Vamos señorita Smith, Olivia y yo nos veremos luego. Zaira siguió a su nuevo jefe hasta el elevador, el hombre caminaba con elegancia, sus empleados donde lo veían continuaban trabajando ni lo saludaban, ya Zaira había escuchado rumores acerca del hombre, que decían que no se relacionaba con los subalternos en lo más mínimo. Dante poco a poco fue indicándole a la chica que hacía cada una de las gerencias en su empresa y que ella trabajaría en el área de gerencia general conjuntamente con él. -¿Qué te ha parecido mi empresa? -Bien, una empresa como la que fue de mi padre, organizada, productiva y hasta donde pude ver, con un buen jefe en la cabeza. -Ven conmigo, dijo el hombre llevando a Zaira al piso cincuenta. El hombre puso su dedo índice en el scanner de la puerta y esta se abrió. Al abrirse la puerta, un impresionante apartamento había detrás de la puerta numero cuarenta. -¿Y este lugar señor Fabbri? -Este lugar Zaira, es solamente para las personas importantes en mi vida, dijo el hombre sonriendo. -¿Entonces usted dígame si me marcho o me quedo para que venga su amiga? -Olivia es mi amiga de años, fue mi novia, pero ahora solamente somos muy buenos amigos, ella siempre será una persona importante en mi vida. -Pues me alegro, ahora si me disculpa, dijo Zaira saliendo del apartamento y subiendo al elevador. -¿Qué haces, a donde vas? -A llamar a su amiga, señor Fabbri, creo que usted está confundiendo las cosas, soy su empleada, soy administradora, no soy su amiga ni pretendo serlo, no pasará nada entre nosotros, así que le agradecería que deje de verme de esa manera. Dante no pudo más que sonreír, con aquella sonrisa que a Zaira volvía loca. -Hey, cálmate mujer, vamos a aclarar las cosas, ven, dijo el hombre tomándola del brazo y llevándola nuevamente hasta el apartamento. Aclaremos los puntos que tocaste Zaira, si quisiera a Olivia aquí, la llamaría y ella vendría en seguida, sé que eres mi empleada, por eso estás aquí en mi empresa, nunca he tenido ninguna relación impropia con nadie de la nomina de mi empresa y no pienso hacerlo, no quiero que seas mi amiga, para eso tengo a Olivia, otra mujer para que sea mi amiga, eso es un tema cerrado, pero, no me pidas que deje de verte porque eres una mujer verdaderamente hermosa, toda tu, desnuda o vestida Zaira Smith, así que si vuelves a venir así de hermosa como hoy, te estaré mirando todo el día, no apartaré los ojos de ti, tendré que pensar en cómo distraerme. Por cierto, lindo detalle usar el collar, creo que se verá bien con esto, dijo el hombre entregándole otra caja de la misma joyería. -No se equivoque, si me puse el collar hoy, fue para devolverlo, dijo la chica quitándose el collar y poniéndolo en las manos de Dante, sobre la caja de joyería. La sonrisa del hombre apareció de inmediato. -Pues no aceptaré algo que ya está usado, si lo hubieses rechazado en el baile de tu generación, tal vez lo hubiese aceptado, pero ya ves, tu madre se encargó de que tú te dejaras la joya. -Será que mi madre no sabe lo que pasó entre nosotros. -¿No lo sabe, estás segura de eso, porque parecía muy feliz de que te mirara toda la noche, no es ella quien te ayuda a conseguir clientes? Dijo Dante con total prepotencia. -Sabes que, eres un completo imbécil, olvida lo de trabajar en tu empresa, Arnold Stone me ofreció trabajo y lo he aceptado, hoy fue el primer y último día que estuve en tu empresa, la verdad es que no me interesa ni necesito este trabajo, diciendo esto la chica se levantó, caminó hacia el elevador, marcó el primer piso y salió de ese lugar, dejando a Dante Fabbri en su apartamento pensando en lo que había sucedido. La chica subió al auto de lujo que Arnold había puesto a su nombre y se marchó del lugar. -Maldita sea, porqué tuvo que ser Fabbri el hombre que Stella eligió para que pasara la noche conmigo, porqué, debería odiarlo con toda mi alma, pero no puedo, solo sé que a esa empresa no vuelvo a poner un pie, dijo la chica con convicción golpeando el volante.