LA BESTIA DE GEVAUDAN

Eliza despertó sobresaltada, con los ojos llenos de lágrimas, su corazón le palpitaba a mil por hora, Eliza se repuso de inmediato, y se dirigió al cuarto de su madre, al cual nunca había entrado, Eliza toco su pecho, y sintió como su ser ardía por dentro, como las llamas del fuego, que todo lo queman, abrió la pequeña puerta, y se quedó mirando como el pequeño cuarto estaba totalmente lleno de plantas y frascos pequeños.

En una mesa de madera, había una vela con un frasco, y con una nota ya envejecida, Eliza tomo la nota, y observó el escrito, detenidamente, para Eliza: ¡¡Cuánto veas en sueño mi muerte, toma el frasco, y venga mi vida!! Tu madre.

Eliza se quedó mirando por un instante, el frasco, y sin dudarlo lo tomo de un solo sorbo, Eliza cayó al piso, presa de una terrible conmoción, e inmediatamente después sintió unas terribles náuseas, y comenzó a mirar borroso, su pecho comenzó a tener terribles pulsaciones, y una especie de monstruo se comenzó a liberar dentro de Eliza que había perdido el control de su mente y de su cuerpo. Eliza sentía una especie de bestia feroz, se estaba formando dentro ella, y no tenía la fuerza para oponerse, se sentía demasiado débil para resistir la bestia que se estaba lentamente liberando dentro de Eliza.  Un gemido agónico, y seguido de un terrible grito se oyó en la pequeña cabaña, Eliza lentamente comenzó sentir como su ser se perdía bajo el poder de la bestia, su cuerpo comenzó a transformarse lentamente en una especie de monstruo enorme, que estaba tomando posesión del cuerpo de Eliza, instantes después la bestia había tomado el control total del cuerpo de Eliza. Y fue en ese mismo momento, como el ser dominado de Eliza comenzó a sentir una sed insaciable de venganza, y un odio voraz, que la consumía por dentro.

La enorme bestia tenía los ojos rojos de la ira, su ser obedecía solamente al odio y la venganza, y el ser de Eliza, era el terreno propicio para liberar toda la maldad, hecho que su madre no le explico a su hija Eliza, que cuando tomaré la pócima, su ser no tendría ninguno límite en su interior para cometer cualquier clase de atrocidad, no tendría ni un solo ápice de misericordia, cuando estuviese delante su víctima.

La bestia salió de la cabaña, en dirección de la ciudad de Gevaudan, corría a grandes zancadas, era ya las nueve de la noche, el cielo todavía era gris. En el parque de la ciudad, estaba Eloísa, que jugaba sola entre los árboles, su casa estaba cerca del hermoso parque, sus padres estaban en el patio de la casa.

Tomaban el té, luisa, y Abel, que eran amigos muy cercanos del conde dragón.  Un viento recio soplo del norte de la ciudad, luisa la madre Eloísa tuvo una extraña sensación y peligro, su corazón le dio un vuelco, tenía esa sensación de que algo terrible estaba a punto de suceder, pero no sabía que, Abel se acercó a su esposa, que no supo explicar qué le sucedía.  La niña Eloísa tenía en sus manos una pequeña muñeca, corría hábilmente haciendo volar la pequeña muñeca que sostenía en su mano.

 Un terrible rayo abrazador cayó en las lejanías de la montaña, la niña se quedó paralizada ante el portentoso estruendo, dos relámpagos más iluminaron el parque, en medio de la oscuridad, la terrible bestia apareció frente a la Eloísa que se quedó muda del terror ante la presencia de la terrible bestia que no dudo un instante, en devorar a Eloísa sin piedad alguna.

Un aullido aterrador se oyó en el parque, acompañado de la lluvia Abel y luisa corrieron desesperados en dirección del parque donde estaba Eloísa, pero era ya demasiado tarde, los padres de Eloísa solo encontraron el cuerpo de la niña ya descuartizado, y con enorme con enormes herida, en su mirada se podía ver el horror que la niña había pasado, luisa cayó de espaldas desmayadas, y Abel casi de fauces el piso, al lado de la niña había quedado la muñeca casi desgarrada y las piernas hechas añicos.

La bestia llegó hasta la cabaña bañada de sangre, entro en el pequeño cuarto donde dormía su madre, se acostó, y se quedó dormida. 

La noche paso lentamente, en la cabaña del bosque del conde Magnus, al amanecer Eliza había despertado, la bestia al parecer había vuelto a su frasco, Eliza estaba sorprendido, al ver su cuerpo desnudo, y sus labios, y piel, manchada de sangre, Eliza se cambió de prisa, y se vistió rápido, y salió en dirección del bosque, al mismo lugar Donde el día anterior se había visto con el conde, que la esperaba ya en el lugar.  En el bosque del conde Magnus, donde el amor parece volverse uno, pero más allá de las fronteras del bosque, el odio y le rechazo se vuelve un arma mortal, que busca crear aceptación y terror, y muerte es la forma.  El conde Magnus se veía aquella mañana conmocionado,  casi perturbado por la terrible noticia que abatía el condado,

—¿te has enterado? Pregunto el conde dragón, Eliza lo miro extrañamente,

—¿sucedió algo? No me he enterado de nado, respondió Eliza, —una bestia, fue una bestia, dijo el conde dragón seriamente, ataco ayer en la ciudad, y mato a sangre fría, a una niña, a una pequeña niña en el parque de la Gevuadan, el pueblo está conmocionado, y se ha generado terror en el lugar.  Eliza se puso nerviosa, pero se repuso rápido,

—¿pero qué clase de monstruo ha sido capaz de hacer eso? Pregunto Eliza,

 —según las explicaciones de los médicos, al parecer se trata del ataque de un lobo, feroz que yace en las montañas, respondió el conde,

—¿un lobo? Insistió Eliza sorprendida, —sí, y no hemos tenido ni un tan solo rastro de él, se ha perdido toda evidencia, no hay nada del rastro de la bestia, que solo se dice que es enorme, y que es muy seguro que vuelva a atacar de nuevo en la noche. 

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