PERSECUCIÓN.
PERSECUCIÓN.
Dos días después, Elara y Natalia apenas y habían recibido noticias de Nathaniel y Julián. Sin embargo, ese día Elara tenía cita para control prenatal.
― ¿Por qué mejor no esperas? ―le dijo Regina, la tensión evidente en su voz.
A pesar de estar acostumbrada a tener hombres de seguridad en casa, la situación actual era inaceptable para ella; Nathaniel había dejado varios hombres de seguridad custodiando la mansión.
―Suegra, todo va a estar bien, solo voy al hospital, es mi cita y finalmente sabré el sexo del bebé, no quiero perdérmelo ―respondió Elara con una mezcla de nerviosismo y emoción.
Regina suspiró con la preocupación marcada en su rostro.
―Pero podrías…
―Yo puedo acompañarla ―interrumpió Natalia. ―Aunque todavía no es mi cita, puedo aprovechar y ver cómo está mi bebé.
Elara miró a Natalia con ojos brillantes.
― ¿Irías conmigo?
―Sí, no me molesta ―respondió Natalia con una sonrisa tranquilizadora.
Regina negó con la cabeza levemente.
―Ninguna de las dos debería sa