La noche anterior fue larga. Una de esas situaciones desesperantes donde el cansancio está, pero no llega el descanso. Aitana se revolvía entre las sábanas, buscando una postura cómoda, respirando hondo para calmar esa inquietud que la rondaba desde la conversación con Rebeca.
La duda, la carcomía por dentro. ¿Y si era cierto? ¿Y si Iker hubiera mentido una vez más? ¿Y si realmente había embarazado a otra mujer mientras ella lo amaba en silencio, mientras cargaba sola con esta historia? Aunque parte de ella quería gritar que no, que era imposible, otra parte -más silenciosa, pero igual de insistente- sembraba raíces de incertidumbre.Cerró los ojos apretados. Quería dejar de pensar. Solo descansar.Y entonces, soñó.La playa se extendía infinita, con un cielo dorado que parecía sacado de otro mundo. La luz lo envolví